Elvira Soto lleva tres años conviviendo con esta enfermedad que ha limitado por completo su vida. Por si fuera poco, también padece fibromialgia y pericarditis, pero el INSS no ve razón suficiente para concederle la incapacidad laboral. Tampoco tienen en cuenta que lleva a sus espaldas 42 años cotizados, un tiempo trabajado que, asegura, a sus 63 años es más que suficiente: «No tengo ya fuerzas»
Esther Rodríguez