La primavera fue extremadamente cálida en el sureste de la comunidad, con déficit de lluvia de hasta el 50%
19 jun 2009 . Actualizado a las 11:22 h.Galicia vivirá un verano como los de toda la vida. Ni frío ni excesivo calor. Al menos esta es la predicción estacional ofrecida ayer por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) que, aunque no excesivamente fiable, ya que los pronósticos a largo plazo en meteorología aún no están lo suficientemente desarrollados, sí aporta una visión general que apunta a un estío normal, como la media de los comprendidos entre los años 1971-2000.
«Será normal en cuanto a temperatura y precipitaciones. Y tampoco parece que vaya a ser ni excesivamente lluvioso ni caluroso», corrobora Ángel Rivera, jefe de predicción de Aemet. El pronóstico del centro estatal coincide con la información que maneja MeteoGalicia, que también atisba un «verano normal». ¿Qué significa esto? «Temperaturas moderadas y lluvias ocasionales», responde el director de MeteoGalicia, Vicente Pérez, quien también advierte que en los dos últimos años «el mes de agosto fue lluvioso, incluso algo más de la media habitual».
En el resto de España, la situación también será parecida a la de la media de los años 1971-2000, aunque con temperaturas superiores a lo habitual en Baleares y el área de Levante.
Datos reales
Si esta es la previsión para el verano, el balance de lo ocurrido en la todavía primavera contrasta significativamente, al menos en Galicia, con la percepción popular, tanto en lo que se refiere a las lluvias como a las temperaturas. Si en la impresión ciudadana se ha instalado la imagen de una primavera fría y lluviosa, los datos objetivos demuestran que en la comunidad ha sido un período cálido, en la mayor parte del territorio, o incluso muy cálido con respecto a los valores habituales, ya que los termómetros se han situado entre 0,5 y 1,5 grados por encima de la media histórica. Los valores extremos se han constatado especialmente en el sureste, en la provincia de Ourense y este de Pontevedra, zona que ha sido catalogada como extremadamente cálida por Aemet.
La primavera lluviosa tampoco se corresponde con la realidad. Sí ha llovido, pero menos que la media histórica, lo que ha contribuido a lastrar el déficit de precipitaciones que arrastra Galicia desde el pasado mes de septiembre, coincidiendo con el inicio del año hidrológico. La franja atlántica desde Fisterra hasta A Guardia, Ourense y el interior de Pontevedra ha sido clasificada como extremadamente seca con relación a los valores medios del período 1971-2000 y el déficit de agua se sitúa entre el 25% y el 50%. «El mayor déficit se sitúa en la mitad occidental y hacia el sur, donde se ha medido un 50% menos de lluvia. No se puede decir que en Galicia no llueva, ya que sigue siendo la región con mayores precipitaciones, solo que no llueve tanto como antes», apunta el meteorólogo Ángel Rivera.