El 5% de los usuarios de gimnasios tienen riesgo de sufrir vigorexia

SOCIEDAD

07 jun 2009 . Actualizado a las 02:12 h.

Entre el 5 y el 6% de los usuarios de gimnasios tienen riesgo de padecer vigorexia, según datos de la Comisión Europea que maneja la comunidad médica internacional. Muchos incluso sufren esta enfermedad sin ser conscientes de ello. La vigorexia o complejo de Adonis es un desorden emocional descrito por vez primera en 1993 por el psiquiatra estadounidense Harrison G. Pope. El vigoréxico, como sucede con el anoréxico, nunca está satisfecho con la imagen de su cuerpo y se ve enclenque aunque no quede en su organismo un átomo de grasa. Incurre por ello en un exceso de ejercicio físico, que se suma a la ingesta de esteroides en un intento por ganar musculatura. La frustración final conduce en los casos más extremos a tentativas de suicidio, y el abuso de sustancias dopantes (ingesta excesiva de proteínas y carbohidratos), a graves deterioros orgánicos que pueden causar la muerte. La asociación del esfuerzo desmedido con el consumo de anabolizantes es una bomba para el organismo que conlleva consecuencias físicas (cambios hormonales, problemas cardiovasculares y metabólicos), psíquicas (inseguridad, confusión identitaria, baja autoestima, depresión, ansiedad, irritabilidad y riesgo de evolución hacia otros trastornos de conducta alimentaria, como la anorexia), y una incidencia inevitable en la vida social y familiar. La terapia básica es psicológica y se encamina a recuperar la autoestima y a superar el miedo al fracaso, pero tiene otra vertiente física para curar el deterioro causado por el mal. Pese a la preocupación de la UE y de los psicólogos, hay muy pocos casos diagnosticados en Galicia, una comunidad en la que están operativos unos doscientos gimnasios. «El gran problema para el diagnóstico -explica Fernando Márquez, jefe de psiquiatría del Hospital A Coruña- es que el enfermo nunca es consciente de su grave problema y lo que hace es acudir al especialista de riñón o corazón cuando surge un deterioro físico concreto, pero sigue sin tratar el fondo del asunto, que es psicológico».