Conde Roa gana terreno al PSdeG, pero no le llega para gobernar

Ignacio Carballo González
ignacio carballo SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

27 feb 2011 . Actualizado a las 15:11 h.

En Santiago hay partido. El PP de Gerardo Conde Roa gana un punto en estimación de voto respecto al barómetro de diciembre y se sitúa en esa coordenada caliente en la que un mínimo empujón inclinará la balanza de su lado para sumar un concejal a costa de los socialistas, que pierden punto y medio. Con los doce ediles a tiro, los populares ven posible llegar a trece, la mayoría absoluta, su objetivo ineludible para arrebatar al PSdeG la alcaldía.

Xosé Antonio Sánchez Bugallo sabe, como todos los alcaldes socialistas, que presentar su gestión como principal aval para revalidar mandato puede no ser suficiente esta vez, debido a la procelosa travesía económica y política de España, que confluye en el escenario local. Más aún con Zapatero por los suelos y sin anunciar su retirada, y con un Feijoo que pone su crédito al servicio de sus compañeros de partido. Por eso, la obsesión de Bugallo será centrar la campaña en los asuntos de ciudad y movilizar no solo a los electores ideológicamente más próximos, sino, sobre todo, a aquellos que, siendo votantes de centroderecha en comicios autonómicos y generales, han sido decisivos para sustentar gobiernos locales socialistas desde mediados de los años 80, primero en solitario y después en coalición con el BNG. Esa peculiaridad electoral de Santiago, ciudad conservadora salvo en las urnas municipales, tendrá en mayo una prueba de resistencia como nunca antes. Así, la precampaña se encamina tensa, con un Conde Roa hábil en forzar situaciones para sacar de sus casillas a Bugallo, quien a su vez no escatimará artillería si se ve forzado a ello.

Esta crispación puede dar la medida de la caída en la valoración de los candidatos compostelanos, especialmente significativa en el caso del socialista, que por primera vez suspende (4,9) y abandona la élite que compartía con el lucense López Orozco, el ourensano Francisco Rodríguez y el pontevedrés Fernández Lores, si bien su nota supera en más de un punto a la de Conde Roa.

Tampoco salen bien parados ni el gobierno ni la oposición a los ojos de los compostelanos, que suspenden su trabajo, si bien los que mandan se quedan a un paso (4,8) de salvar el examen.

El alcaldable del BNG, Rubén Cela, apenas gana cuota de conocimiento entre los ciudadanos y afronta, con el apoyo de Bugallo, el reto de evitar el hundimiento nacionalista que pondría en riesgo la continuidad del bipartito local. Mantener los cuatro ediles sería todo un triunfo para el Bloque, a la vista de los resultados de la encuesta, que insisten en la pérdida de un edil. Lo que está ahora en juego es quién se hace con ese escaño, si el PP o el PSdeG.

Bugallo pretende movilizar el voto socialista y retener el prestado por el centroderecha