Crisis y rentas desorbitadas vacían también los locales de Amor Ruibal

Nacho Mirás SANTIAGO/LA VOZ.

SANTIAGO

Pontepedriña, con doce bajos en alquiler, completa el desierto comercial que arranca en la avenida de Lugo

02 nov 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

No solo el último tramo del Hórreo y el inicio de la avenida de Lugo presentan un panorama desolador de locales comerciales que, bien por la crisis, bien por las obras -o por las dos cosas- han echado la persiana y se venden o se alquilan al mejor postor, y sin éxito.

La calle Amor Ruibal, en Pontepedriña, y que arranca justo debajo el puente del tren, es una prolongación de una situación tan llamativa que, en más o menos un kilómetro de trayecto, desde detrás del Parlamento hasta la rotonda de conexión con el vial Clara Campoamor, deja una lista de casi treinta negocios en barbecho y una imagen comercialmente sobrecogedora.

Empezando a contar precisamente en esa rotonda, y en sentido ascendente, el primer local sin actividad está junto a la oficina de La Caixa, en el número 33. Se alquila, igual que otros cinco que están disponibles en el interior de las galerías Pontepedriña.

El sexto es otro espacio con posibilidades en los bajos del número 27, y el séptimo el antiguo café bar Lisboa. En ese mismo inmueble, en el portal de al lado, lo que un día fue un quiosco de prensa también luce el cartel de «Se alquila». Lo mismo le ha pasado al salón de belleza Novalubik, el noveno, o a los 147 metros cuadrados que, en el número 17, tienen colgados también el correspondiente reclamo. Lo que un día fue la tienda de lencería Zona Interior no tiene cartel, pero está completamente destartalado y sin actividad. La docena la completa lo que era la Boutique del Sexo, que acumula polvo literal, que no figurado.

Si en esta ruta del negocio a velas vir se incluyen bajos, almacenes y todo tipo de locales disponibles en las calles interiores de Pontepedriña, la lista aumenta considerablemente. Los precios, sin embargo, lejos de animar a posibles emprendedores los espantan, tal como se puede comprobar con una llamada.