La recreación de la batalla de Ponte Caldelas estuvo marcada ayer por un triste accidente. Uno de los participantes tuvo que ser trasladado de urgencia a Montecelo y de ahí derivado a Povisa, en Vigo, tras explotarle un petardo que sostenía entre las manos. Al cierre de esta edición, los cirujanos trataban de salvarle los dedos, mientras que su estado era grave.
Según explicó Antón Xil, de la Asociación Cultural O Torreiro de Forzáns, A.S., de 56 años, era uno de los actores encargados de los cañones con los que se simulaba la lucha contra el invasor napoleónico. «Por seguridad en estos no se emplea pólvora sino que se cargan con petardos, a diferencia de lo que ocurre con el que utilizan los que interpretan a los soldados franceses».
Por causas desconocidas, el explosivo detonó cuando este vecino de Ponte Caldelas lo tenía en las manos. De inmediato, el operativo de Protección Civil de Soutomaior se hizo cargo del herido y lo desplazó en ambulancia hasta Pontevedra.
«Se tomaron todas las medidas de seguridad, pero, a veces, desgraciadamente ocurren accidentes», apuntó Xil. De hecho, durante el desarrolló de la recreación del histórico episodio, se insistió en la necesidad de que el público se mantuviese detrás del vallado metálico, toda vez que las escopetas y otras armas empleadas por los actores sí que empleaban pólvora, por lo que cabría cierto riesgo si los asistentes se acercasen demasiado a los recreadores en el fragor del combate.
En la retaguardia
En cualquier caso, la recreación continuó desarrollándose. En este sentido, Antón Xil explicó que, en un primer momento, «no fuimos conscientes del alcance del accidente, ya que pensamos que era una cosa pequeña y la batalla continuó avanzando».
Todo parece indicar que, al estar el herido en la retaguardia, los organizadores no se percataron hasta el final de los actos de lo que había ocurrido.