La tranquilidad que habitualmente se respiraba en las riberas del Miño hace meses que se ha visto perturbada. Las obras de mejora del saneamiento de la margen derecha del río, a su paso por la ciudad, están detrás de la presencia de máquinas excavadoras, grúas y camiones que trabajan a marchas forzadas para cumplir los plazos y acabar con una de las deudas históricas, en materia de inversión pública en la ciudad.
Que la zona norte de la capital tuviera una red de saneamiento acorde con su crecimiento y con sus vecinos de la otra margen del río era una vieja aspiración que, según los plazos de Ministerio de Medio Ambiente, será una realidad a finales del 2010. De este modo, se prolonga el plazo fijado en el 2009 para una obra que se inició en el 2007 tras acumular varios años de retraso. Su finalización permitirá completar la mejora del saneamiento de la ciudad, que fue declarada de interés general por el Gobierno central en 1997.
La inversión de 23,9 millones de euros permitirá completar la red de saneamiento con la instalación de colectores en las zonas que todavía carecen de este servicio y eliminar los vertidos de aguas residuales, que se producían al Miño.
Esa partida presupuestaria beneficiará, de forma genérica, a toda la población ourensana al mejorarse la red de saneamiento. De un modo más concreto, los beneficiarios directos serán veinte mil personas que viven en la margen derecha del Miño.
Después de dos años con escasos avances y con unas obras que apenas eran visibles a los ojos del ciudadano, en el 2009 la actividad en las riberas del Miño es intensa. Estructurada en tres fases, los trabajos avanzan a buen ritmo en el tramo de Eirasvedras-Tarascón, Balneario-Puente Nuevo y Puente Nuevo-Oira.
La actuación de mayor envergadura se encuentra en las proximidades del pabellón de Os Remedios. En este punto, en la margen izquierda del Miño, se está construyendo una estación de bombeo, que mejorará la capacidad para sanear las aguas de la ciudad.