Ocho puntos de Galicia para ver las puestas de sol más impresionantes

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BASILIO BELLO

Estos últimos días de la primavera son los más propicios para disfrutar de ese espectáculo natural que son las puestas de sol. La vertiente oeste del litoral gallego se convierte en una privilegiada atalaya desde la que contemplar inolvidables atardeceres

09 jun 2025 . Actualizado a las 12:15 h.

Cada tarde, la naturaleza nos regala en Galicia un espectáculo de luz de belleza inaudita. La ubicación geográfica de nuestra costa, principalmente la atlántica, y nuestras condiciones climatológicas propician que Galicia cuente con los atardeceres más imponentes del continente. Las puestas de sol son un innegable reclamo para los visitantes y un atractivo al que aún se le puede sacar mucho provecho. Estos son algunos de los mejores miradores para disfrutar del ocaso en nuestra comunidad.

CAMBADOS. Con San Sadurniño de vigía

Martina Miser

Varios son los rincones de Cambados desde los que pueden divisarse espectaculares atardeceres (el monte de A Pastora, la ensenada do Espiño en la desembocadura del río Umia, el paseo marítimo...), pero desde ninguno se ofrece una estampa tan idílica como desde los alrededores de la torre de San Sadurniño, cuando el sol traza la silueta de esta emblemática ruina medieval situada en un pequeño islote al que se accede a pie por una pasarela, frente al barrio marinero de San Tomé.

CABO FISTERRA. El último rayo de sol de Europa

Basilio Bello

Aunque no es el punto más occidental de Galicia —ese título lo ostenta el cercano cabo Touriñán—, por su simbolismo, su significación como fin del Camino y de la tierra conocida y las leyendas que sobre este lugar existen, el faro y los acantilados de Fisterra son el lugar más visitado de Galicia para ver la puesta de sol. Cientos de personas se congregan allí cada día hasta que el océano devora el último rayo que puede verse en Europa, para entonces prorrumpir en un espontáneo aplauso. 

CARRIL. Con Cortegada «deitada no mar»

MONICA IRAGO

Los viveros de almejas de Carril con sus estacas delimitadoras asomando por encima de la marea conforman un paisaje único en Galicia. Un paisaje que adquiere una mayor belleza cuando el sol, cayendo por detrás de la isla de Cortegada, —«deitada no mar», como reza la copla—, tiñe de naranja ese territorio difuso en el que se confunden la ría de Arousa, el río Ulla y el litoral arenoso del continente. El puerto de Carril o el paseo marítimo de Vilagarcía son buenos lugares para disfrutar del espectáculo. 

LOIBA. El mejor atardecer en el mejor banco

ANGEL MANSO

Fue el primero de los mejores bancos del mundo que se colocaron en Galicia. Y lo cierto es que, sin entrar en comparativas con otras ubicaciones que también se atribuyeron después esa condición, además de sus espectaculares vistas del Atlántico, el banco de Loiba (en el municipio de Ortigueira) se convierte cada tarde en un mirador excepcional, desde el que contemplar cómo el sol se tiende sobre el océano, flanqueado por cabo Ortegal hacia el oeste y Estaca de Bares en el este. 

VIVEIRO. Los «solpores» del Cantábrico

PEPA LOSADA

Aunque por lo general es el litoral Atlántico, orientado al oeste, el que mejores condiciones ofrece para el disfrute de las puestas de sol, también el Cantábrico nos ofrece unos nada despreciables atardeceres. Viveiro es un buen ejemplo. La playa de Area (en la foto) o el paseo marítimo de Covas son ideales para disfrutar de un atardecer tranquilo. Fuera ya del casco urbano, O Fuciño do Porco, el mirador de San Roque o el monte Castelo son extraordinarias atalayas para embriagarse de solpor. FOTO: PEPA LOSADA

A CORUÑA. Cuando Hércules se impone al sol

PACO RODRÍGUEZ

Tiene la puesta de sol en A Coruña un referente geográfico incuestionable y no es otro que la torre de Hércules. La ubicación del esbelto faro, sobre una península elevada y abierta al océano, permite ver el sol hundirse en el Atlántico, algo poco común en zonas urbanas. La estampa de la silueta a contraluz de la torre con el contraste entre las nubes teñidas de intenso naranja y el azul apagado del mar es una de las más hermosas e icónicas que se pueden fotografiar en la ciudad. 

CABO VILÁN. La conjunción perfecta

ANA GARCÍA

Desde el faro de cabo Vilán (en el concello de Camariñas), con su torre de 25 metros erguida sobre un escarpado peñasco, a poco que las condiciones meteorológicas sean propicias, el atardecer se convierte en un espectáculo fascinante. Pero existe aún una opción mejor. Basta con desplazarse un poco en dirección este, hasta alcanza la playa da Balea o Punta Forcados, para que las vistas se tornen majestuosas con el sol colándose entra la silueta del cabo, sus islotes y el elegante y espigado faro

CAIÓN. Un espolón que se adentra en el mar

BASILIO BELLO

Basta con echarle un vistazo a la cartografía para advertir que Caión —una península rocosa orientada al oeste que se adentra como un espolón en el océano— tiene unas condiciones excepcionales como escaparate del ocaso. No hace falta buscar una ubicación especial para disfrutarlo. El propio paseo marítimo que recorre parte del núcleo urbano se convierte cada atardecer en un excepcional mirador. Como también lo son las cercanas playas de Caión o la de As Salseiras.