Alba Alonso, camarera de la cafetería Beker: «Cuando la gente está de vacaciones es más propicia a dejar una propina»

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ALEJANDRO CAMBA

Pagar con tarjeta de crédito y no en efectivo ya es habitual en el día a día, haciendo que la propina a los hosteleros sea más difícil. Sin embargo, en este local de Ourense aseguran que no siempre es así.  «Notamos que los turistas son un poco más generosos», afirma

01 oct 2024 . Actualizado a las 10:23 h.

Alba Alonso lleva siete años como camarera en la cafetería Beker, en la ciudad de Ourense. Sin embargo, desde pequeña está familiarizada con el trabajo detrás de la barra y con lo que supone para un profesional de la hostelería obtener buenas propinas, toda vez que se trata de un local familiar que lleva abierto varias décadas en la capital ourensana como un lugar de referencia para tomar el café de primera hora o para comer algunos de los numerosos platos combinados que ofrecen a su clientela. Alba considera que las propinas dependen en gran medida del trato que reciban los clientes, más allá del sistema de pago por el que se decanten. Explica que su experiencia personal es que el nivel de ingresos por esta vía no se ha visto afectado en los últimos años ni por el pago con tarjeta ni tampoco por la inflación. «A veces piensas que vas a recibir menos porque la gente anda más justa de dinero, pero el trato es fundamental para recibir una buena propina. La gente agradece mucho que les sirvas lo que pidan con cariño y no de cualquier manera. Si considera que tiene una buena atención, siempre va a ser generosa. Nosotros en este local no tenemos ninguna queja, la mayoría son clientes de toda la vida y siempre nos hemos sentido muy afortunados», explica.

El pago con tarjeta de crédito ha tenido un gran impacto en el negocio de la hostelería. Desde la pandemia se ha popularizado y cada vez es más frecuente que los clientes, en especial los más jóvenes, abonen todas sus consumiciones a través de la tarjeta o desde su teléfono móvil. Eso puede complicar la propina para el hostelero, aunque Alba asegura que no siempre es así. «Hay gente que te paga un poco más con la tarjeta o que te da algo de dinero que lleva encima como gratificación, aunque pague con la tarjeta de crédito. Es verdad que lo más habitual en nuestro caso es recibir la propina de la persona que te paga con efectivo y que muchas veces te redondea por lo alto una consumición, pero no siempre sucede así», explica la camarera ourensana.

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El verano es una época de mucho trabajo en la hostelería. La llegada de los turistas cambia las caras de la clientela, toda vez que los habituales suelen escapar durante los meses de estío a la costa para evitar las altas temperaturas locales. Muchos establecimientos del centro de Ourense, como es el caso del Beker, optan por cerrar algunos días durante el mes de agosto. Eso no evita, sin embargo, que sus mesas se llenen también de turistas. «Al estar de vacaciones, la gente suele ser más propicia a dejar una propina. En este sentido, nosotros notamos que los turistas son un poco más generosos», señala.

A la hora de repartirse el bote Alba no tiene problemas, toda vez que ella está sola en su turno en la cafetería que atiende. El local familiar cuenta con otro establecimiento anexo donde hay más ajetreo y también servicio de comidas. «En el otro local lo habitual es que los camareros se repartan las propinas a final de mes. Hacen un bote conjunto y lo dividen entre todos», señala.