La ruta gallega de estos pequeños bocados tiene parada obligada en estos locales emblemáticos para los amantes del picoteo a cualquier hora
03 ago 2024 . Actualizado a las 13:31 h.Siempre apetecen, pero en esta época del año todavía más. El buen tiempo anima a bajar a la calle a pasear, y de paso, a picar algo. Ir de pinchos siempre es un buen plan, así que aquí van seis locales gallegos en los que deberías probar bocado.
O Lagar (Lugo)
Zorza, callos, jamón cocido, ensaladilla, brécol (cocido y acompañado de ajada) o huevo frito son una muestra de lo mucho que se ofrece para tapear en este local del barrio lucense de A Milagrosa. La apuesta por el producto local está clara, igual que la posibilidad de tomar en verano lo mismo que en invierno. Lo que cambia es la bebida, puesto que en verano triunfa la cerveza, y en invierno, los tintos de diversas denominaciones de origen.
Donegal's (Pontevedra)
Empanadillas, lentejas, huevos rellenos, fruta, tostas, bollería, ensaladilla… En este establecimiento situado en la plaza de Barcelos hay pinchos para todos los gustos. Desde el 2018, con cada consumición, el cliente puede elegir entre una variedad de tapas gratuitas. Eso sí, Manuel Rodríguez, su encargado, tiene claro que unos triunfan más que otros según la hora. «Con el desayuno la gente suele preferir cruasanes y napolitanas, pero por la tarde las tapas estrella son las albóndigas y el sándwich mixto», explica.
Café D' Lucía (Santiago)
Situado junto al Parlamento de Galicia, dispone de amplio espacio interior y terraza bajo soportales donde degustar variados pinchos caseros gratis con cada consumición. Con buena relación calidad-precio, además de las tapas sirven desayunos, raciones, platos combinados y menú del día. Es un referente en el Ensanche de Santiago.
O Barallete (Ourense)
En una de las puertas de entrada a los vinos de Ourense —en la esquina de la calle Lepanto con la praza do Ferro— está O Barallete, un local que heredó el sistema de la franquicia Lizarrán: los camareros pasan los pinchos, fríos y calientes, por las mesas y se paga según los pallillos que quedan en el plato. Puede ser uno de huevo de codorniz, con lomo y chistorra o bien un pequeño rollito de primavera ¡No apto para los que no saben decir que no!
Taberna Rabuda (Vigo)
Andrea Portela bautizó con el apodo de su abuela, Rabuda, la taberna que desde hace dos años continúa el legado de su anterior local, La Marimorena. El establecimiento, ubicado detrás de la calle del Príncipe (Doctor Cadaval, 32), sigue ofreciendo todo eso que nunca falla si se hace bien, como es el caso: calamares, tortilla, salazones, encurtidos, escabeches, tablas de ibéricos, empanada, navajas, pulpo, ensaladilla... todo con sabor casero.
La Bombilla (A Coruña)
No es porque los pinchos de La Bombilla los haya descubierto «The Guardian», que sorprendió a sus lectores contando las delicias de este local, no, no. Todos los que pasan por esta esquina de Torreiro 6 saben que no defrauda y nadie se va sin probar sus famosos croquetones, los calamares o los filetes con patatas en una barra que siempre desborda.