La gallega detrás de Blondie Muser, el perfil que arrasa en TikTok: «Por ser fiel a mis valores rechacé ofertas con las que estaría jubilada»
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Una ruptura la llevó a descubrir su pasión: las redes sociales. Bióloga de profesión, arrasa en TikTok con vídeos que van desde cómo ser más sostenible hasta las lechugas de su abuela, y que cautivan a casi dos millones de seguidores
15 ago 2023 . Actualizado a las 10:40 h.Creadora de contenido, ecofriendly, gallega y bióloga. Con esta mezcla de facetas se define Paula (As Pontes, 1995), la gallega que está detrás de Blondie Muser, el perfil que acumula casi dos millones de seguidores TikTok. También tiene casi cuarenta mil en Instagram y acaba de lanzarse al universo del pódcast con Como una luciérnaga.
—¿Cómo nace Blondie Muser?
—En el 2016 pasé por una ruptura muy dura y empecé a consumir contenido en Musica.ly. y a subir vídeos de bailes. Me entretenía y eso fue lo que me hizo salir de cama. Entonces estaba estudiando biología en la Universidad de Vigo y seguía subiendo contenido. Después me marché a trabajar a Madrid y en el 2020 volví a Galicia y estuve en el departamento de márketing de una empresa. En el 2022 fue cuando me decidí a dar el salto y dedicarme solamente a redes. Hay veces que el cuerpo te dice que tienes que tomar un rumbo u otro, y te da palos a nivel salud para que decidas.
—¿Volverías a escoger Biología?
—Volvería a hacer todo igual porque es lo que me trajo hasta aquí. Además, yo creo que la trayectoria que seguí es buena, porque pude amar las redes sociales hasta que me di cuenta de que era mi vocación. Con 18 años era impensable para mí estudiar otra cosa porque lo que me ganaba era el amor por la naturaleza y los animales. Es mi pasión y no puedo vivir sin estar en la naturaleza.
—Y eso se muestra en tu contenido.
—Sí. Mi contenido no es tan técnico como para considerarse de divulgación. Yo intento hacer vídeos tanto para personas que están concienciadas como para aquellas que no lo están. Busco que lo entienda todo el mundo, con trucos fáciles, pero el guion transversal es la sostenibilidad.
—En tus publicaciones también muestras Galicia, ¿por qué empezó esto?
—Yo creo que los gallegos amamos Galicia aunque no lo sepamos, pero cuando te vas fuera esa morriña es mucho mayor. Nacemos en Galicia y damos por hecho que todo va a ser así de bonito, y cuando te vas fuera te das cuenta de la suerte que tenemos. Creo que es importante que demos a nuestra tierra el valor que se merece y por eso la muestro con todo mi amor en redes.
—¿Tu sitio favorito?
—Es un rincón en As Pontes que está al lado del río y me da muchísima paz. ¡Pero es secreto!
—¿Cuál fue el contenido que marcó un antes y un después para ti?
—Cuando doné mi pelo y conté la historia del cáncer de pecho de mi madre. Tuvo mucha repercusión y, a día de hoy, la gente me sigue mandando fotos del pelo que van a donar.
—¿Te costó mucho compartir esa parte de tu vida?
—Sí. Hubo varios intentos porque siempre acababa llorando. Lo que me dio fuerzas fue pensar en el beneficio para las personas que lo necesitan.
—¿Lo mejor y lo peor de las redes sociales?
—Lo mejor es el impacto positivo. Se puede llegar a muchísima gente con un simple vídeo. Así, mi granito de arena se multiplica. Lo peor, la desinformación y los bulos. Parece que todo lo que está en internet es válido y hay mucha gente que inconscientemente está desinformada, y luego se crean opiniones con una base errónea.
—Pensé que dirías el «hate». ¿Cómo llevas eso?
—Pues, por ejemplo, hace bastante tiempo que no subo limpiezas de playas por mi salud mental. En mi último vídeo de este tipo, los comentarios eran «mujer, eso es lo que tienes que hacer» o «puedes venir a limpiar a mi casa», y cosas por el estilo. La gente no pensaba que recibía estas respuestas y es que normalmente no son personas de mi comunidad, sino usuarios ajenos que entran en el vídeo y despotrican.
—También hay gente que te critica porque dice que no tienes ni idea, cuando has estudiado una carrera y un máster.
—Sí, pero no tengo por qué llevar un papel en la frente diciendo mi formación académica.
—Hablando de salud mental, ¿crees que en redes se muestra la realidad o lo que se ve son mayoritariamente «vidas perfectas»?
—Siempre queremos mostrar lo mejor de nosotros, y yo creo que muchas veces no se enseña la realidad por el miedo al qué dirán. Aunque opino que no es bueno estar publicando continuamente cosas positivas, hay que encontrar un equilibrio y siento que a la gente también le gusta ver nuestra vida cotidiana, porque conectas más con tus seguidores. Pero también hay comunidades muy diversas, y personas que no conectan con un tipo de contenido más realista, como el que yo intento crear, sino con otros que son pura fantasía. Por suerte yo tengo una comunidad muy afín a mí.
—A través de tu contenido defiendes el consumo sostenible, pero en redes sociales se incita mucho a lo contrario.
—El consumismo y el ultra fast fashion multiplicaron su alcance con plataformas como TikTok o Instagram. Tanto por las estrategias de las marcas como por el altavoz que les da cada persona que hace un vídeo enseñando un montón de ropa que se ha comprado. Pero cada persona cambia a su ritmo. Yo no puedo convencer a alguien de que no compre ese tipo de moda porque no sé cómo es su situación económica o si no encuentra talla en otras tiendas más sostenibles, por ejemplo. No se trata de que la gente se culpe por comprar ultra fast fashion, se trata de que intente reducir y se de cuenta del nivel de consumo al que estamos llegando.
«El consumismo y el ultra fast fashion multiplicaron su alcance con plataformas como TikTok o Instagram. Tanto por las estrategias de las marcas como por el altavoz que les da cada persona que hace un vídeo enseñando un montón de ropa que se ha comprado»
—En términos de publicidad, tu cuenta es perfecta para que las marcas muestren un perfil más sostenible. ¿Cómo seleccionas las colaboraciones?
—Me estoy cerrando muchísimo mi «mercado laboral», porque intento seguir fiel a mis creencias. He rechazado muchas ofertas con las que ya estaría prácticamente jubilada porque son cosas con las que yo no estoy para nada conforme o porque se ve de calle que lo que buscan es un lavado de cara, un greenwashing, pero que te ofrecen una suma de dinero muy importante. No van con mis valores y más teniendo en cuenta la comunidad que tengo y la confianza que tiene en lo que publico y en las marcas que promociono.
—¿En qué te fijas?
—Siempre que me contacta una marca trato de buscar su ecosistema, aunque tampoco puedo decirte que nunca haya trabajado con marcas que usan plástico, porque depende del caso. Por ejemplo, si veo que está intentando modificar sus ingredientes para que sean 100 % naturales, pero todavía no puede cambiar el envase, la aceptaría. Puede ser que me la hayan colado, aunque tengo el máximo cuidado: tengo reuniones con ellas, me informo de los proyectos que tienen, intento ir a verlos en persona… Pero soy consciente de que las marcas necesitan tiempo, no pueden cambiar todo su modelo de negocio en un año, es un proceso muy largo.
—¿Es posible ser 100 % sostenible hoy en día?
—No, y el perfil que te diga que puede serlo te está mintiendo. Tal y como está la sociedad es imposible y no tenemos que castigarnos cada vez que no hagamos algo perfecto. El miedo y la ecoansiedad paralizan y cada uno tiene sus circunstancias.
—¿Estamos suficientemente concienciados?
—No, y lo que más miedo me da son los mensajes negacionistas, porque son muy peligrosos y la crisis climática no entiende de partidos políticos. Por eso te decía que lo peor de las redes es la desinformación, porque no contrastar está creando mucha gente negacionista.