Pepe Buitrago (cabañuelo): «Galicia va a tener rock and roll de lluvias durante todo el invierno»

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Vaticinó la Filomena y la erupción de La Palma, lleva toda la vida aplicando el método de las cabañuelas para predecir el tiempo. Ahora advierte que se abre un nuevo ciclo meteorológico en el que la normalidad será la protagonista, con unos meses de «lluvia buena»

09 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde niño Pepe Buitrago ha estudiado el comportamiento de la naturaleza para poder hacer sus predicciones meteorológicas. Así lo hizo su bisabuelo, luego fue su abuelo, y también su padre. Pero él ha mejorado la metodología de las cabañuelas, y al contrario que sus antecesores, es capaz de predecir el tiempo de septiembre a julio en todo el país, mientras que su padre solo podía hacerlo en la zona de Murcia, donde vive.

Pepe no se separa de su libreta y de su cámara fotográfica cada vez que sale al campo a observar las señales que la naturaleza le ofrece, y lo va apuntando absolutamente todo. Tiene registrados todas las predicciones y fenómenos meteorológicos desde hace 60 años: «Los antiguos decían que había tres días que relucía más el sol, Jueves Santo, Corpus Christi y el día de la Ascensión. Hay gente que dice que todos los días son iguales. ‘¡Eso lo dices tú!' , les digo. Pero hay que coger una libreta y apuntarlo, y el año que viene y al otro, y así hasta 60 años que llevo apuntados», aclara quien ya heredó el conocimiento de las cabañuelas desde muy pequeño. Así que, en este caso, la experiencia y la sabiduría es más que un grado. Una observación que le permitió predecir a Filomena, el gran temporal de nieve que cubrió de blanco la capital madrileña hace ahora justo un año: «Sí, lo anuncié y así lo escribí en mi pagina web, que iba a haber una nevada de mucha consideración y que daría mucho que hablar en el centro de la Península. Yo decía que sería del 6 de enero en adelante —fue el día 7—», explica. También supo que en Canarias se iba a producir la erupción de un volcán un mes antes: «Hubo dos clases de aves que desaparecieron totalmente y de golpe. Fue a las doce del mediodía, mientras yo estaba caminando desaparecieron todas. Estos pájaros percibirían que los gases del volcán les perjudicaban, y que se tenía que ir de esta zona. Hasta Murcia llegó la ceniza después y los pájaros tienen un amplio conocimiento de la zona. Igual que en los terremotos. Hay animales que los perciben, como las palomas y el elefante, entre otros. Lo detectan antes de que se produzca», explica este sabio por naturaleza.

Y lo tiene muy claro. Este año no habrá ni Filomena, ni Filomeno que valga. Pero sí siete nevadas. «Ha nevado ya dos veces, quedan cinco.», comenta sobre su predicción. «Van a ser extensas en el terreno. Normalmente siempre nieva en los Pirineos y un poco más allá. Este año se tienen que prodigar un poco por la zona (este) de Andalucía y por el Levante. Aquí ya tenemos muchas ganas de ver la nieve y yo creo que vamos a tenerla cerquita, incluso por zonas muy bajas, pero no de metro y medio o dos metros de acumulación. Ni Filomenas ni Antonias ni nada de eso. Será como antaño, de hace 40 años, a 250 o 300 metros del nivel del mar», explica.

Pero para llegar a estas conclusiones, Pepe estudia muchas señales. La principal y sobre la que se basa su método y el de sus ancestros son las cabañuelas, que no es otra cosa que en función de cómo sean los 24 primeros días de agosto, así será el resto del año. «Los primeros doce días son para las ascendentes, el día 2 de agosto es para la primera quincena de septiembre, el tres de agosto, para la primera quincena de octubre y así sucesivamente. Hasta llegar al día 13 de agosto, que tenemos la segunda quincena de julio, el 14, la segunda quincena de junio, mayo, abril y así hacia atrás hasta el día 24 que te da la segunda quincena de septiembre. Y básicamente ya tenemos las cabañuelas», indica.

Pero Pepe va mucho más allá y tiene unos días claves que también le sirve para sus predicciones. Para él, el día de San Juan es «la llave que abre el año meteorológico y climático». Siempre sale al campo ese día porque «tiene que tener ocho direcciones distintas de viento». «Entonces te subes a una zona alta con tu veleta y verás que ese día cambia el viento en todas las direcciones. O no. Entonces te está dando una indicación y anotas los datos. También qué humedad hay ese día. Cómo está el cielo porque hay una refrán que define la sabiduría de la naturaleza: ‘Está escrito en el cielo, todo lo que pasará en el suelo'. Así que te fijas también en el cielo. Y necesitas contrastar muchas veces la señal que has visto y unir varias cosas. La huella que deja la naturaleza y los insectos... Hay infinidad de datos», dice.

«Tendremos una Semana Santa tormentosa en todo el país»

Sí, porque Pepe también tiene muy en cuenta «si han venido una serie de pájaros migratorios, si los hormigueros trabajan de esta o aquella manera, si las abejas cierran o abren más la boca de la entrada a la colmena. Y si los buitres o cualquier tipo de pájaros referentes van en bandada o en pareja». «Porque hay otro refrán que dice que hay un pájaro, que no voy a decir cuál es, ‘en bandada, hambre y mortandad'. Y en el 2018 lo estuve viendo en dos o tres ocasiones esos pájaros en bandada y mira todo lo que está pasando con la pandemia, y con el tema de la emigración y las muertes de personas», aclara. También se fija en el día de San Agustín, 28 de agosto, que para él es el «la llave que cierra el año», según explica este cabañuelo, que también es zahorí porque tiene sensibilidad para detectar corrientes de agua en un terreno.

Un nuevo ciclo

Sobre este nuevo año que acabamos de estrenar, Pepe anuncia que iniciamos un nuevo ciclo: «En cada ciclo, hay un tiempo de vacas flacas y de vacas gordas. Y luego hay ciclos de más larga duración, que son cada 20 años, luego se dobla cada 40, y luego, cada 80 y llegamos al siglo. Cada cien años hay un ciclo muy malo. Y si observamos los últimos cuatro siglos, tenemos cuatro pandemias. Después, ‘no hay mal que cien años dure'. Pues ya pasamos a un nuevo ciclo y para mí, este 2022 vamos ya a notarlo», indica. Según su predicción, este año «las lluvias serán más generosas en cantidad y más beneficiosas en el tiempo».

¿Es el final de los males? «No me cabe duda. Me puedo equivocar, pero según mis referencias y lo que yo percibo, vienen cosas buenas a partir del 22», responde, mientras explica que el invierno en Galicia, «va a tener rock and roll de lluvias», pero serán «lluvias buenas» de períodos de «seis o siete días y luego parará», y tampoco serán torrenciales, de mucha cantidad de litros en poco tiempo. En general, dice que los embalses alcanzarán niveles normales en casi todo el país. Tampoco será un invierno frío en exceso. «No va a haber olas de frío. Alguna corriente de aire siberiano sí, durante un día o dos con temperaturas muy bajas y el resto van a ser temperaturas de invierno normales».

«Le tengo miedo al granizo porque será de tamaño exagerado»

Le preocupa mucho más la primavera. Dice que «será tormentosa», de forma generalizada en todo el país y de temperaturas frescas: «Le tengo miedo al granizo porque será de tamaño exagerado» aunque en nuestra comunidad nos escaparemos un poco de esa situación: «En la primavera quizás tengáis menos agua que nosotros», dice. ¿Y la Semana Santa? Pues, también tormentosa: «¡Ay ! Que todo el mundo me lo pregunta. Entra dentro de lo que estoy diciendo. Tormentas en todo el país. El que tenga suerte que la tormenta no caiga en su pueblo, sacará la procesión o el que se vaya de vacaciones, pues podrá pasárselo bien y el que no, pues nada, habrá que llevarse un paraguas y que se espere un poquito, que una tormenta no dura mucho», explica.

En cuanto al verano en Galicia, dice que «va a ser muy bueno. Con temperaturas que no van a ser muy calurosas en exceso. En torno a los 30 grados. Y muy poca lluvia, solo alguna tormenta esporádica». Así que todo pinta muy bien.