Aquí te dan de comer a cualquier hora

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Miguel Villar

Un horario que cubre más de 12 horas permite disfrutar de estos locales gallegos dentro y fuera de las franjas horarias «comestibles»

06 oct 2021 . Actualizado a las 12:50 h.

Andando por el mundo se aprenden muchas cosas. Entre ellas, a comer. Y un poco eso es también lo que pretenden Iván Prieto y Leticia Sánchez desde su nuevo negocio en Vilagarcía. Café do Mundo abrió justo hace un año.

Martina Miser

En octubre del 2020. Era un momento duro. «Por eso también orientamos nuestra propuesta hacia el día, con la opción del take away». Y poco a poco, la propuesta fue cuajando. De entrada era algo diferente. Algo parecido a un bistró francés, basado en la excelencia y en el producto artesanal y de cercanía. Y además, era un local de largo recorrido. Al que puede ir a desayunar, a tomar un tentempié a media mañana, un vino de mediodía, una café en la sobremesa, un bocadillo o unas tostas saladas a la merienda, una caña ya de tarde o una hamburguesa o unos huevos revueltos para cenar. Por poner un ejemplo. Porque el orden lo puede escoger la clientela a voluntad. La cocina del Café do Mundo permanece abierta desde las 8.30 a las 21 horas de martes a jueves y hasta la una de la madrugada el fin de semana.

A diario, la oferta se centra principalmente en los desayunos y brunch, las horas puntas del local. Sobresale y sorprende su oferta de tostas saladas y dulces, así como la de bagels (de salmón, camembert y tomate natural; de espinacas, huevo relleno y queso fresco…), crepes y cruasanes rellenos. Todos ellos preparados bajo tres máximas: el trabajo artesanal (la inmensa mayoría son elaborados en su propia cocina), la calidad de la materia prima y la componente saludable. «Nos esforzamos mucho para ofrecer platos sanos», comentan. El fin de semana la oferta se complementa con otro tipo de propuestas, como las ensaladas, las tablas de quesos de pequeños productores o de ibéricos o platos surgidos de la inquietud viajera de sus propietarios como el po boy de gambón crujiente y salsa estilo Nueva Orleáns o el poblano de pollo, guacamole, lomo ahumado y chiles chipotles. Pero claro, un local que se llama Café do Mundo tiene que hacer honor a su nombre. Así que a su exquisita selección de cafés añaden cada mes la degustación de un café de origen. El de septiembre ha sido un café karmuda de Uganda.

MARCOS MÍGUEZ

UNA CARTA MUY EXITOSA

Desayunos, brunch, comidas, meriendas, cenas y cócteles. La Granera, en la plaza de Tabacos, es uno de los locales hosteleros que cubre todas las franjas del día. «Creamos una oferta adecuada a cada tramo horario», explica José Pan, socio gerente del negocio. En sus seis años de vida se ha convertido en uno de los imprescindibles de la mañana coruñesa: «Nuestros desayunos se venden todos. Los hay más dulces y otros más salados, y la verdad es que se piden todos. El más potente es el que tenemos de huevos fritos con beicon. Además, cualquier tipo de tostadas que hacemos funcionan muy bien. No puedo destacar ninguna porque salen todas. También piden muchísimo las tortitas con nata y chocolate». Otro de sus puntos fuertes son los brunch, siendo de los primeros en introducirlos en la ciudad. «Veíamos que en las grandes ciudades y capitales se estaba poniendo muy de moda e intentamos instaurarlo aquí. Lo cierto es que lo hemos conseguido con mucho éxito», resalta Pan. Para comer se pueden encontrar platos con un toque internacional: carne con un arroz thai, carrillera con risotto, cocina mexicana, hamburguesas gourmet... Un abanico gastronómico que próximamente, avanza, será actualizado con una nueva carta. La cocina permanece cerrada de 16 a 19 horas. Un intervalo en que el invitan a probar sus tartas caseras y a descubrir sus meriendas. «Estamos intentando ampliar ahora mismo la oferta de meriendas, de hacer algún pack estilo los desayunos pero aplicado a las meriendas. O hacer algo como el brunch, pero aplicado a la tarde. A ver si lo sacamos en un mes o así», precisa Pan. Y para despedir el día, nada mejor que un cóctel, ya que están abiertos de 9 a 23.30 horas de lunes a jueves y hasta la una de la madrugada los sábados y domingos.

Miguel Villar

MÁS QUE UN CAFÉ

Desde que abrió sus puertas en pleno corazón de Ourense, hace poco más de año y medio, Mur Marxinal ha demostrado que no es solo un café. Y eso que será por café. Porque el que ofrecen en este enorme local ubicado en un antiguo almacén reconstruido en la calle Manuel Murguía de la capital de As Burgas, es de categoría especial. «Quiere decir que tiene unas cualidades que lo convierten en uno de alta calidad», afirma Goretti González, propietaria del lugar junto a su pareja, el cocinero portugués Hélder Costas. Él se encarga de la parte gastronómica, que incluye diferentes opciones para degustar desde las nueve de la mañana que abren, hasta las nueve de la noche que cierran -hasta las diez, los viernes y sábados-. Tienen tostas de aguacate, de salmón ahumado, de jamón con tomate o de queso del país. También hacen molletes rellenos. Para los desayunos hacen boles de yogur o de kéfir con ingredientes como granola casera, frutas o miel. A mediodía toca menú. Primero, segundo, postre y bebida por 11 euros. «Es comida del mercado, con un regusto callejero y de inspiración en otras gastronomías del mundo. Solemos incluir platos sudamericanos, árabes y también de fusión. Hélder se divierte en la cocina y eso se nota en el resultado», explica Goretti. Para las tardes hay miniburguers, tablas de quesos o embutidos, croquetas de distintos sabores o buñuelos de bacalao. Aquí lo importante es disfrutar y por eso la comida va aderezada de propuestas culturales. Organizan mercadillos de creadoras y artesanas, el próximo el día 16 de octubre, o sesiones de yoga con almuerzos, el 23. No faltan las sesiones vermú con música en directo, los brunch de los sábados y lo más peculiar, todos los artículos que ves y usas en Mur Marxinal están a la venta. De hecho la mayoría del local está a rebosar de muebles y accesorios de segunda mano a los que es posible dar una nueva vida. Solo les falta proyectar películas en su patio. «Estamos en ello, pero poco a poco», termina Goretti. Un lugar especial, con encanto y muchas exquisiteces a la mesa.