Andrés Pascual: «El talento importa poco, el entusiasmo es el motor del éxito»

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Andrés Pascual, autor de «Incertidumbre positiva»
Andrés Pascual, autor de «Incertidumbre positiva» cedida

Sus viajes llenan «baúles de inspiración» que se abren en sus libros. «Ideas locas han llevado al éxito a empresas como Apple. La mejor opción está muchas veces donde nadie mira», advierte este experto en crecimiento personal

19 sep 2021 . Actualizado a las 13:13 h.

Piensa como Sherlock Holmes, invita el escritor Andrés Pascual, que tras ejercer durante 20 años como abogado dejó la toga, se lanzó a recorrer el mundo y se convirtió en experto en crecimiento personal y bienestar corporativo. El autor de Incertidumbre positiva revela en este nuevo libro las dos leyes de la buena suerte.

-¿La incertidumbre es positiva?

-La incertidumbre es una fuente de libertad y de oportunidades. Y no es una frase para poner en Facebook, sino una realidad constatada. El problema es que nos han convencido demasiado tiempo de que era un hándicap, y hemos acabado creyéndonoslo.

-Pero la incertidumbre no solo tiene mala prensa. En el mundo laboral no está muy bien vista, ¿no?

-Ya, pero este es un presupuesto fundamental: ya que no podemos controlarlo todo ni saberlo todo, por lo menos seamos honestos a la hora de comunicar las dudas. La duda vive siempre con nosotros, en casa y fuera.

-¿La inseguridad se nos ve más de lo que creemos?

-Claro que sí. Hay que aceptar lo que viene e intentar cambiar aquello que se puede desde nuestra pequeña parcela de acción. Cuando no podemos cambiar lo grande, como nos ocurre ahora, tendemos a no hacer nada en lo pequeño. Error garrafal. Ocúpate de lo que está a tu alcance. Hay recetas sencillas. Hay un ejercicio facilísimo, «Los círculos de influencia», que consiste en dibujar en un papel dos círculos concéntricos y en el centro poner lo que sí podemos controlar: lo que como, con quién hablo, la actitud que tengo hacia las personas; y en el círculo de fuera todas aquellas cosas que no podemos controlar, como lo que hacen los políticos, el clima, lo que otros piensan de ti... Cuanta más incertidumbre nos rodea, más atención prestamos al círculo de fuera. Y debería ser al revés.

-¿Cuántas veces desde que te levantas dices la palabra «no»?, nos preguntas. ¿Qué peso tiene el no?

-Los neurólogos Newberg y Wadman acreditan que para compensar el poder destructivo de una expresión negativa necesitamos cuatro positivas. A veces nos generamos sin darnos cuenta una narrativa destructiva de nuestra vida.

-«Actúa» es tu receta, pero también recomiendas el arte de la no acción.

-Sí. Necesitas sentarte contigo, desconectar, vaciar la mente para que quepan nuevas opciones.

-Pero pensar en positivo es difícil si el covid castiga duro...

-En el libro comparto unas recomendaciones médicas para enfermos terminales que ayudan, como no buscar información que se ajuste a lo que queremos oír.

-¿La llave del éxito?

-El entusiasmo es el combustible del éxito. El talento importa poco, o viene bien, sí, pero no es imprescindible. Los dos pilares del éxito son la pasión y la perseverancia. Si tienes verdadera pasión por algo, perseveras, ¿no?

-¿Nuestro peor enemigo evitable?

-La resignación y la queja constante.

-Las certezas limitan, las corazonadas, en cambio, ayudan, señalas.

-Según la revista Fortune, ideas locas han llevado al éxito a empresas como General Electric, Samsung, Apple, Wal-Mart o Ford; las cinco decisiones más importantes de la historia de los negocios se adoptaron a partir de opciones que nadie aparentemente en su sano juicio habría escogido. Esas empresas lo demuestran. La mejor opción muchas veces está donde nadie mira. Y esto es algo muy oportuno para estos tiempos de incertidumbre que vivimos. Muchas veces solo vemos un camino, no somos capaces de mirar en otros sentidos, y es ahí donde radica el éxito habitualmente, en la perspectiva transversal.

-¿Es esto lo que han hecho Apple o Wal-Mart para ir a más?

-Sí, y esto lo llevan haciendo todas las empresas exitosas con un componente creativo desde hace décadas. Es lo que se llama el «pensamiento fuera de la caja». Es un «vamos a salir de la estructura y mirar fuera de ella». No es que las opciones que hay dentro de la caja sean malas, es que fuera hay muchas más. 

-Nos animas a destruir certezas, que son tan atractivas. Dices que son incluso de lo peor que puede tener un directivo. ¿Por qué?

-Sí, porque las certezas bloquean. Lo único que podemos saber a ciencia cierta es que no podemos saber nada a ciencia cierta. Ni en las crisis ni en el día a día más común. Las certezas limitan tu capacidad de acción, porque no suelen admitir críticas, comentarios, sugerencias, flexibilidad. La persona que tiene certezas suele imponer, y desde el momento en que impones cercenas la libertad y creatividad de los demás. Con lo cual, no hay crecimiento. Y solo si hay crecimiento hay verdadera comunidad. Certezas como «Soy demasiado viejo para conseguir un trabajo después del covid», por ejemplo, acaban por convertirse en un comportamiento negativo, como puede ser echarte en el sofá bajo un edredón de frustración. Hay que destruir certezas para tener capacidad de acción. Y en el caso de los directivos, para liderar de verdad.