Diego y Guille son la cara entrañable de este 2020. Fueron concebidos durante el confinamiento. «Son hijos del covid, tal cual», destaca su madre, Ana Tomás. En verano confesaba a mi compañera Sandra Faginas que «la pandemia me ha dejado embarazada de gemelos». Unas semanas después, los pequeños ya están aquí, aunque un poco antes de los esperado. «Salía de cuentas el 25 de enero, pero al ser gemelar me dijeron que lo más probable es que se adelantase a finales de diciembre», recuerda. Los acontecimientos se precipitaron. Diego y Guille son, probablemente, los primeros hijos del confinamiento. «A mediados de octubre me tuve que ir a operar a Madrid porque uno de los bebés comía más que el otro. Es un síndrome que supone, hablando en términos poco científicos, que uno come más que el otro porque, en lugar de estar los dos conectados a la placenta, uno está conectado al otro y se convierte en donante», intenta explicar Ana. A principios de noviembre una fisura en la bolsa hizo saltar las alarmas. Estuvo una semana ingresada hasta que el 30 de noviembre fue necesario practicarle una cesárea de emergencia.
REGALO DE REYES
Diego y Guille siguen ingresados en el hospital Materno de A Coruña, un centro de referencia en neonatos. Uno pesó al nacer 1.800 gramos y el hermano 1.600. «Nos dijeron que, para todo lo que se adelantaron, es un peso muy bueno. Para ser un embarazo problemático todo lo que podía salir bien, salió. Ya están empezando a comer normal y nos aconsejaron que nos los tomáramos con calma para poder llevarlos a casa. Ojalá sea un regalo de Reyes», comenta la madre que estos días, al igual que el padre, va y viene al hospital sin descuidar a Clara, la otra hija de la pareja que tiene dos años y medio.
Para ellos el 2020 empezó con un aborto. «Ocurrió a principios de año. Esperamos el tiempo que nos dijo el ginecólogo para volver a intentarlo y justo llegó el confinamiento», recuerda. Un año que arrancó para la pareja con malas noticias y que terminan convertidos en familia numerosa. No hay antecedentes de una pandemia similar ni de embarazos gemelares en sus familias, pero ocurrió. «Parecía una inocentada», apunta.
Ana tiene 32 años y sus gemelos nacieron en la semana 32. Aprovecha todo el tiempo que le permiten los médicos para estar con ellos, aunque esta semana dedicó un rato libre para ir a poner una denuncia a comisaría. «Me robaron mientras me hacían la cesárea», confiesa.
Hay años en los que pasa de todo, y para esta pareja el 2020 será difícil de repetir en cuanto a sobresaltos. Eso sí, en el reportaje al que hacía referencia al principio y que fue publicado en este suplemento el pasado mes de julio, Ana se sinceraba y decía que quería que fuesen niños. «Me apetece criar a dos varones, aunque mi marido prefiere todo niñas», decía. Este asunto le salió bien. Se quedó embarazada durante el confinamiento y en una época en la que había que tener mucha precaución por el covid. Se le complicaron las cosas. Se adelantó el parto. Los pequeños siguen en el hospital... «Algún día les contaré que fueron concebidos en un tiempo y en unas circunstancias muy especiales. Cuando todo el mundo hablaba del coronavirus, les diré que yo solo pensaba en ser madre». Ya están aquí los gemelos del confinamiento.