A MOVER EL ESQUELETO
Es la hora. Habéis quedado en el hall, que la empresa se ha encargado de personalizar, o no, con la imagen corporativa para recrear un ambiente más real. Si ves que algún compañero ya ha llegado, acércate sin problema. «Lo más grandioso de esta plataforma es que a medida que te acercas a un grupito vas escuchando su conversación, y a medida que te alejas los vas dejando de oír. Como en la vida real. Charlamos a través del micro y escuchamos a través de los cascos. Puedes estar charlando con ese compañero de otra delegación al que hace años que no ves», explica Berta Ramos, directora de Animatium Coruña. Supongamos que sois 200 personas congregadas en el hall, y no localizas a tu compañero de departamento, he aquí una herramienta que aunque podría sustituir al WhatsApp tiene superpoderes. «Puedes escribirle a alguien: ‘¿Puedo ir hasta donde estás?’. ‘Sí, claro ven’. Le das al botón y te teletransportas. Esto supera al mundo real», señala Berta. Todo es cuestión de trastear por la aplicación, que es a lo que se dedica la gente durante esos primeros minutos en el lobby, pero hay botones disponibles para que puedas saludar, aplaudir, sentarte, decir adiós...
De repente, una voz sale del altavoz: «Por favor, diríjanse al auditorio que el director va a pronunciar unas palabras». Oído cocina. Puedes ir tranquilamente caminando o salir del lobby y entrar en el auditorio. Elegimos un sitio en las gradas y escuchamos. «En Navidad hay empresas que optan por presentar los resultados del año que se termina y avanzar los objetivos del siguiente, pero también puede dirigirse a sus empleados para felicitar las fiestas y poco más. Además de ver al avatar en el atril, también podemos ver a la persona real en una pantalla detrás, siempre y cuando el ponente quiera. Nosotros lo recomendamos para que no se pierda la comunicación de equipo», explica Berta, que añade que esta actividad que realizan desde antes de la pandemia está ganando ahora más visibilidad ante la falta de alternativas. «Es habitual en empresas que organizan eventos para sus empleados y que siempre tratan de sorprenderles y asociar su filosofía a determinados valores de equipo y de marca. También las que cuentan con una plantilla muy dispersa, y que no pueden asumir los costes de reunirlos físicamente. Nosotros intentamos ofrecer actividades lo más originales posibles, que les aporten, que no sea cenar y listo», añade Berta.