EXHIBICIONISMO Y LIGOTEO
Como la mayoría de las redes sociales, el WhatsApp también resulta un terreno donde prende muy bien el exhibicionismo de una vida perfecta. «Se ve en lo del peluche. En el cole te dan uno para el fin de semana. Tú le haces fotos y te dan una cartulina y se pega al final. Cuando te toca, la opción de quedarse en casa tranquilo parece que no la contempla nadie. Tienes que sacar el peluche, llevarlo de paseo y ponerlo en todas partes», ironiza. ¿Y el ligoteo? «He visto alguna cosilla. ¡No en el grupo de mi cole, eh! Pero sí, el típico padre separado, que lo dice y empieza a tontear aparece por ahí. No es el foro ideal, pero ocurre». Hablando de padres separados, Juan también menciona a los que, estando en esa situación, alternan su presencia en el grupo de WhatsApp una semana sí, una no. O los que se están separando y aprovechan el grupo para soltarse un remazo de cuando en cuando.
Dentro de lo que nunca se puede hacer en estos canales, existe una línea roja clara e infranqueable: «Las críticas a los profesores, nunca. Y al colegio tampoco -zanja-. Eso no tiene cabida. Esto tendría que ser para transmitir información muy puntual de cosas que te tienes que enterar, pero al final se acaba usando para un montón de cosas. Empieza con los deberes de los niños, pero luego unos padres montan una pandilla y terminan quedando para tomar una copa el fin de semana. Luego se crean los subgrupos, donde te juntas con los más afines y se conspira contra el grupo general. Esto da mucho juego».