«Isto é mellor que Ninja Warrior»

Sandra Faginas, Lucía Vidal, Maite Rodríguez

YES

CARMELA QUEIJEIRO

GIMNASIOS AL AIRE LIBRE. Son mejores si hace sol, pero aunque no salga, puedes apuntarte al parque para hacer ejercicio. Cada vez están mejor equipados y permiten que personas como estas ?chicas de Coroso? saquen toda la energía que llevan dentro sin gastar un duro. ¿Te vienes?

14 may 2018 . Actualizado a las 14:45 h.

Ellas lo tienen claro: los lunes, al sol; los martes, al sol; los miércoles, al sol... y así sucesivamente hasta cumplir el deseo de poder estar todos los días de la semana haciendo ejercicio al aire libre, y a poder ser, con este calorcito estupendo de la primavera. Son Luz, Teruca, Susi, Ramona, Luz María y May, las chicas de Coroso, que se juntan a diario (aunque no siempre las mismas) para caminar y hacer gimnasia en el parque biosaludable de esa misma zona. Son todas amigas, y como media de edad me dicen que por el momento «ninguna es abuela», eso sí, están encantadas de compartir horario a primera hora para ponerse en forma. «Este parque de Coroso es un lugar magnífico que mira al mar, normalmente cogemos este paseo, desde el centro urbano a Palmeira y otras hacemos el que va hacia Aguiño», nos cuenta Susi, a la que han nombrado todas a una «portavoza» de este grupo animado.

Las seis intentan juntarse para caminar al menos una hora a partir de las 9.30 todos los días, suelen recorrer unos 5 kilómetros, y sobre todo aprovechan las instalaciones del parque también para hacer a su regreso una tabla de abdominales, bicicleta, estirar los gemelos, el cuádriceps, lo necesario para no tener agujetas... «A ver no somos Ana Peleteiro», se ríe Susi, «ya nos veis en la foto; aunque enseguida nos animamos y una se sube a la elíptica, la otra trabaja un poco la zona de la cintura. Nosotras no usamos las barras ni las espalderas, eso se lo dejamos a los más jóvenes. Los chicos cuando salen del instituto, que está aquí enfrente, son los que más lo aprovechan».

Lo mejor de Coroso, la playa más importante de Ribeira, es que alrededor hay mucha gente, siempre con movimiento por lo que el parque está lleno tanto de gente mayor como de niños pequeños. «Muchos se creen que esto está pensado para los muy, muy mayores, gente que mueve la rueda para aquí y para allá, pero en absoluto -dice Susi-, aquí venimos todos, el único inconveniente es que si llueve se enchoupa».

Las «chicas de Coroso» aseguran que no hay nada mejor que poder hacer ejercicio al aire libre respirando la brisa del mar, con el sol (si lo hace) dándoles los primeros rayos tempranito, y aunque también frecuentan los gimnasios porque cuando no están en pilates, están en zumba, y cuando no en body jump, prefieren recurrir al espacio interior solo cuando llueve mucho. «Si hace sol, descartamos el gimnasio -apunta Susi-, la primera opción es caminar y hacer nuestra tabla al aire libre. Yo soy superrepugnante con los olores y a mí llegar y que huela a macho cabrío me pone de los nervios... Pobrecitos, no van a oler a rosas», se ríe. «Otro aliciente es ir caminando y hablando, por supuesto, además de que en este recorrido terminas encontrándote y saludando a un montón de gente porque todo el mundo hace el mismo circuito y vamos: ‘Chao!, chao! ¿Hoy qué?...».

«NO ENGAÑAMOS A NADIE»

«No engañamos a nadie, Sandriña -me suelta Susi-, ya ves los cuerpos que tenemos..., pero de lunes a viernes aquí estamos. El tema de ir juntas es como un ritual, nos sentimos bien, y aunque no somos como los más jóvenes que se suben a todo, y parecen el Ninja Warrior, nosotras no estamos ni para Ninja ni para Warrior. Isto é moito mellor», se ríe.

Susi, eso sí, asegura que a su edad ellas no van a hacer el desfile de Victoria’s Secret [creo que sería mucho mejor que lo hicieran ellas este año], sin embargo quieren cumplir con ese consejo que le dan todas las amigas mayores: ¡Susi, tienes que llegar a la menopausia en forma porque si no después te vas a poner como un ceporrón!». Así que nada mejor que ponerse a ello sin pagar ni un duro y con la satisfacción de que este ejercicio te da muchísima energía: «Si no lo hacemos, luego lo echamos en falta, el ejercicio nos cura todo y el sol hace magia». Aunque solo sea por verlas así de animadas, compensa bajarse al parque.

MARCOS MÍGUEZ

«Cando eramos novos, non había isto!»

Diversión y ejercicio al aire libre. Dos por el precio de uno. Porque ponerse en forma no equivale a aburrirse, aquí el único techo sobre tu cabeza es el cielo. Los llamados parques biosaludables tienen su origen en China, en esa envidiable filosofía oriental que pregona y practica el respeto y la admiración hacia nuestros mayores. Si los niños tienen su lugar en todos los parques... ¿por qué no este sector de la población al que llaman Tercera Edad? Desde bancos para abdominales hasta bicicletas pasando por máquinas más curiosas como el volante, el pony o el timón, estos artilugios están pensados para mejorar la calidad de vida a la vez que sirven de punto de encuentro. Ideales para los alérgicos al gimnasio y para aquellos que quieran mover un poco el esqueleto en comunión con la naturaleza, sobre todo ahora que el tiempo acompaña. En un entorno idílico, el parque fluvial de Arteixo, se dan cita cada día muchos mayores. Mayores que quieren sentarse a ver la vida pasar.

 Los quince mil vecinos que ya han soplado los 65 tienen en este rincón uno de sus paseos preferidos. Pepe y Encarna no faltan a su ruta diaria al pie del balneario. Su único entrenamiento hasta ahora eran las largas caminatas. Desde hace unos meses añaden una parada en el camino: «Isto é unha marabilla e ademais é gratis» -dice ella. «Cando era novo non tiña isto, e mira hoxe». Óscar Viana, entrenador personal en el centro Equilibrium, es partidario de cualquier iniciativa que promueva la actividad física independientemente de la edad: «Estas máquinas palían los déficits asociados al envejecimiento. Mejoran la coordinación, la movilidad en brazos y hombros, y potencian la fuerza de las extremidades inferiores». Echa de menos labores de asesoramiento y control en estos espacios «porque a veces su mal uso puede repercutir de forma negativa» y recomienda «siempre seguir las instrucciones y hacerse un chequeo médico previo». La media de edad de sus clientes se acerca a la cincuentena: «Es que cada vez vivimos más, así que ¿por qué no mejor?».

Santi M. Amil

«Aquí ves ao ximnasio sen pagar»

Al aire libre, sin horarios y gratis. ¿Quién dice que no hay facilidades para hacer algo de ejercicio en cualquiera de las ciudades y pueblos de Galicia? Los equipamientos deportivos proliferan en las villas y localidades más pequeñas y también en las ciudades, en forma de parques biosaludables o aparatos más técnicos. En uno de los primeros, en el área recreativa de Os Ponxos, en Ourense, encontramos a cuatro mujeres que aprovechan los beneficios de ejercitarse en el parque. Mercedes Fernández, Benita Meno, Pepita Fernández y Esther Babarro, de entre 72 y 88 años, son vecinas del barrio de Mariñamansa y están paseando por la zona. Pero conocen bien el uso de estos aparatos. Los hay en O Polvorín pero también en su barrio. Pepita Fernández se mueve con soltura y brío sobre un andador. Sería difícil seguir su ritmo. Se ve que tiene práctica y se mantiene en forma a sus 87 años. Además de las caminatas con sus vecinas, el ejercicio que realiza en el parque le permite salir a practicar en cualquier momento. «Non teño hora fixa pero fago todos os días un pouco», desvela. Pepita tiene claro la importancia de mantenerse activa. «Sentadas, nada», afirma rotunda. Hacer gimnasia en el parque tiene otros beneficios, además de practicar al aire libre en un entorno verde y agradable, pues este tipo de instalaciones son públicas y gratuitas. Algo importante cuando se trata, como en este caso, de una viuda con una pensión pequeña. «Así non hai que pagar. E fágoo onda a casa, baixo a cada momento; pola mañá hai moita xente», comenta.

Sus compañeras también aplauden los beneficios de estos ejercicios. Mercedes apunta que es su marido el que más utiliza los aparatos gimnásticos del parque. Aunque en algunas zonas parece que se les da poco uso, hay personas en todas las ciudades y las villas que las tienen como una opción cómoda y asequible para mantenerse ágiles y para fortalecer el tren superior o inferior. Va ganándose conciencia de que hay ejercicios adecuados para las distintas edades y que salir al parque no es sinónimo de llegar y sentarse.