«Vivimos la juventud en la mejor década»

YES

MARCOS CREO

CUMPLEN 50 Lo cuentan a YES quienes se estrenan en esa edad. La vida es un suspiro, por eso es importante sacarle todo el jugo. Lo saben los que están a punto de pasar a la década dorada. Que sí, que pasa volando, que sí, que hay cosas que uno ya no puede hacer como a los 20, pero «cumplir años mola», dicen. ¡Esa es la filosofía!

10 feb 2018 . Actualizado a las 19:20 h.

«Se me pasó en un suspiro, esto es un corre que te pillo». Álvaro reflexiona sobre el paso que está a punto de dar. El 15 de marzo cambiará de década. Y no de una década cualquiera. Los 50 no le pesan, se siente en forma. No hay más que verlo saltando en la playa de las Gaviotas, en Noia, con su cuñado Emilio. Por cierto, otro más de la generación del 68. «A mí me toca el 5 de octubre». Son amigos desde hace años, trabajan juntos en la empresa familiar confecciones Hortensia-Marina Riveiro, practican deporte juntos y comparten anécdotas de una misma época. «No sé cómo vivieron en EE.UU. los 70 y todo el tema de los hippies, pero yo sí puedo decir que viví una de las mejores: los 80», recuerda Emilio con emoción. La pilló de pleno. «En esa época empezamos a salir, fue el bum. Era una época de mucha creatividad, recuerdo a Tino Casal, que fue un adelantado a su época. La Bruja Avería, Siniestro Total…», a Emilio le sale la emoción por los poros.

Disfrutó de su juventud en Noia, donde se crio. «Había otro tipo de movida, la gente era muy animada, se hacía mucha vida en la calle. Éramos una buena panda: en el instituto había cuatro clases de casi 40 alumnos, ¡un montón», recuerda Emilio. Lo pasaron tan bien que están pensando en reunirse para celebrar los 50. «Estamos intentando organizar una cena, es una época bonita y hay que celebrarla», asegura.

Emilio se siente joven, no le pesan los años. «Cumplir años mola, sobre todo si las clientas me siguen echando menos años de los que tengo. El día que pase lo contrario ya no me gustará tanto», bromea. Le encanta practicar deporte. De siempre fue un enamorado del ciclismo. «Me encantaba Vicente Belda, era mi ídolo de juventud». Después empezó a correr. También le da a la vela, que practica con su cuñado Álvaro.

Cumplir el mismo año que el Rey marca. «Soy de la generación de la mili y somos de la misma quinta. Entre los compañeros siempre comentábamos que éramos de la promoción de Felipe, que nos habíamos licenciado con el que iba a ser el rey de España», recuerda. Emilio volvería a hacer la mili una y otra vez: «¡Qué bien me lo pasé. Fueron unas vacaciones. Hice amigos, me lo pasé muy bien y me reí muchísimo! Los 50 molan. Hay muchos recuerdos. Y mucho por hacer». Emilio está casado con una de las hermanas de Álvaro. Con los pies en la arena, este último reflexiona sobre lo vivido. «Hasta ahora no me había parado a pensar en lo que significaba cumplir 50 años. Pero es increíble cómo corre la vida». Está satisfecho y lo dice en voz alta: «Voy a cumplir 50 años con dos hijos maravillosos, una mujer estupenda y unos padres increíbles. No puedo pedir nada más». En estos últimos años ha visto cómo sus hijos cumplían los 18 y se iban a estudiar fuera de casa. No quiere hacer planes a largo plazo, prefiere vivir el momento. «Mis planes a partir de ahora son… ¡Disfrutar de un buen verano! Con ir día a día me basta», reconoce.

Álvaro se siente joven. «Quizá tenga algo que ver que también me relaciono con gente más joven. Me dicen muchas veces ‘no me digas que eres del 68, pero si fulanito tiene treinta y pico y parece mucho mayor!». Le gusta practicar deporte, mantenerse en forma. Es ahí donde nota la primera diferencia entre los 50 que vivieron sus padres y los suyos. «Mi mujer Cristina va al gimnasio y a mí me gusta cuidarme. Y aunque mi padre ya en su época jugaba al fútbol, esto es diferente. Nos cuidamos, salimos a tomar algo con los amigos el viernes…». Todavía no sabe qué hará para celebrar el medio siglo de vida, pero su madre ya se ha adelantado al gran día: «Me regaló de sorpresa un álbum con fotos de toda la vida, se me saltaron las lágrimas cuando lo vi porque recordé muchas cosas que había vivido y que, aunque no las había olvidado, no las tenía tan presentes en la memoria». Sí, cumplir 50 puede ser emocionante.

MIGUEL VILLAR

José Manuel Martín Ruiz: «Físicamente estoy como un veinteañero»

Le queda poco más de un mes para celebrar su medio siglo de vida. José Manuel Martín Ruiz cumplirá 50 años el 23 de marzo. Lo dice sin demasiado entusiasmo. Por una parte porque asegura que hace tiempo que no celebra de forma especial el cumpleaños y, por otra, porque no tiene, de momento, nada preparado para la fecha. Afirma que en los últimos años su vida no ha cambiado demasiado, aunque hace unos meses que sus hijos han abandonado el hogar para seguir sus estudios lejos de Ourense, en Vigo y en A Coruña. Este es, sin lugar a dudas, el motivo que sí le lleva a pensar que los años han pasado. «Al principio lo pasamos [lo dice por él y su mujer] un poco mal, pero ahora ya nos hacemos a la idea y lo llevamos mucho mejor», explica.

Jose afirma de forma contundente que, aunque los años van pasando, físicamente se siente como si acabase de llegar a la veintena: «Yo me encuentro como un veinteañero. Físicamente estoy igual, con las mismas fuerzas y las mismas ganas», relata.

Eso sí, lo que ha cambiado de forma importante es el sentido de la responsabilidad. Jose es el propietario de la cafetería Niza de la capital ourensana. Y el mundo de la hostelería requiere de mucho sacrificio. Mantener un negocio, estar atento a cualquier imprevisto y tener dos hijos estudiando fuera de casa supone una atención especial y no dejarse llevar por un día decaído o por demasiada euforia. «Ahora soy una persona más seria», dice. Echa la vista atrás y afirma que cuando era joven sí veía a las personas con 50 años como señores muy mayores, una imagen que no se corresponde con él. «Yo me miro y estoy bien. A mis amigos, los de mi quinta, sí se lo noto, un cambio muy grande», afirma entre risas.

Al lado de Jose está su mujer. Susana Rodríguez González tiene 44 años. «De momento no se mete conmigo, no me ha dicho nada especial». Jose comienza la cuenta atrás para despedir el medio siglo de vida y dar la bienvenida a un nuevo ciclo. Lo hace como si todavía tuviera 20 años.

MARCOS MÍGUEZ
 

Elena Caride: «Me encantaban los pecos»

Elena Caride lleva un abrigo de peluche de Zara. Es uno de los must de este invierno y está arrasando en Instagram. Gafas de sol, muchos collares finitos y un tipo que quita el hipo. Entre los millennials, Elena marca tendencia. Y eso que casi podría ser la madre de alguna de las chicas que triunfan en la red social. Porque Elena puede presumir, con mucho orgullo, de la edad que tiene: el 22 de este mes cumplirá 50 años. «Siempre me gustó decir mi edad», asegura. Nadie se los echa. «Me dicen que parezco más joven, pero la gente miente mucho», bromea. «Estoy feliz de llegar a los 50. Me llama la atención ver a artistas de mi época que eran de mi edad o mayores y ahora resulta que yo soy mayor que ellas». A sus casi 50 años posa para su perfil de Instagram, @sshoppingsstyle: fotos en un banco, de pie… «No hay edad para la moda», me cuenta mientras enseña alguna de las instagramers de su generación favorita. «Me encanta ir de compras, seguir las tendencias. No me voy a poner una minifalda, pero sí otras prendas». Con una sonrisa de oreja a oreja recuerda cómo fue su medio siglo de vida. «Creo que fui una adelantada para mi época. Me casé a los 30 años por lo civil y con un vestido corto y no tuve mi primer (y único) hijo hasta los 40. Aproveché al máximo todas las etapas de mi vida», confiesa. De su juventud cita con cariño a Los Pecos, «me encantaban». Pero su corazón era para otro: «Pedro Marín me volvía loca». Aunque lo que sonó y sonó hasta rayarlo fue el vídeo de Thriller de Michael Jackson. Con 18 años iba los fines de semana con las amigas a Santa Cristina. «Mis padres me compraron una moto, una Derbi Variant, y claro, me convertí en la reina de la pandilla». ¿Cómo fue crecer sin móvil? «Eso mismo me pregunto yo, cómo pude vivir sin WhatsApp, sin Internet…», se ríe. «Recuerdo que cuando me llamaba mi novio por la noche, como el teléfono estaba en la habitación de mis padres, tenía que sacarlo al pasillo hasta donde daba el cable para tener ‘intimidad’. ¡Menudo plan!».

XAIME RAMALLAL

José Luis Ramírez: «Te tomas las cosas con otra naturalidad»

Aún no había nacido yo en 1968. Fue un año histórico. Y no solo por el famoso mayo, también murieron Gandhi y Martin Luther King... Y hablando de «king». Nuestro «king», el rey Felipe VI nacía en aquel mítico 68. Venir al mundo en un año tan tan marcado no es moco de pavo, veo. Y José Luis Ramírez nació, en Avilés concretamente, aunque luego el destino de la vida le puso rumbo a A Mariña, donde ahora tiene la clínica veterinaria Boxer y ha cumplido su sueño infantil. Con 8 años ya tenía claro que lo suyo era curar animales. «Mis abuelos tenían vacas en Asturias», comenta. Hablando de los de cuatro patas, ahora que tiene a punto de caramelo los 50, conviene decir ?aunque solo sea un mero apunte anecdótico y un guiño a su oficio?, que si fuese perro tendría unos 7 años más o menos, «pero eso depende de las razas, si son grandes o pequeñas. Los gatos suelen durar algo más pero por ahí anda la cosa. Y en tortugas... las hay que duran más que la gente», indica. Satisfecha mi innata curiosidad, pasamos al gran tema: los 50, fifty fifty...

¿LO CELEBRARÁ?

A la pregunta responde: «En principio no voy a celebrarlo, aunque no sé si va a haber alguna sorpresa por ahí. No tengo nada especial». Los 50 no le imponen tanto como los 40. «Los 40 los llevé mal entre comillas (...) No me prestaron nada, te empezaban a llamar ‘señor’ en todos los sitios», se ríe. Sin embargo, «ahora me da igual que me digan 50, medio siglo... Puede que este último suene como si fuera más tiempo pero al final es lo mismo. Me encuentro muy bien. Tengo trabajo y estable», dice Ramírez. A nivel físico, después de una etapa futbolística en su vida, «ahora lo que hago quizás es salir a correr un poco, monto a caballo y piscina». Con los 50 a la vuelta de la esquina, se siente así: «Te tomas las cosas con otra naturalidad. Llevo más de 20 años trabajando. Me acuerdo cuando empecé a trabajar si tenía alguna cosa que salía mal, yo era de no dormir. Ahora estás más curtido».

Maite Díez Senra: «Soy abuela, pero dicen que parezco la hermana de mis hijas»

Maite no es de las que recurren al «taitantos» cuando le preguntan por su edad. Esta auxiliar de enfermería residente en A Rúa presume abiertamente de su medio siglo bien llevado: «Estoy muy orgullosa de haber llegado hasta aquí, de estar como estoy y de tener todo lo que tengo». Esta gallega rebosante de energía cultiva su yo interior y exterior. ¿Que cómo se hace? La receta, a priori, es sencilla: «Claro que me cuido exteriormente, me encanta caminar e ir al gym, no fumo ni bebo, mimo mi piel... pero, sobre todo, tengo la mente con el modo positivo on siempre puesto, y me rodeo de gente joven que me da otra visión de la vida». ¿Algún complejillo confesable? «Me gustaría adelgazar un poco. Estoy en ello», confiesa. Celebró su cincuenta cumpleaños rodeada de los suyos: «Mis hijas y mi hermana me dieron una bonita sorpresa con un fin de semana en un balneario. Después hicimos una cena en familia. Nada a lo grande. Quería algo más íntimo». Trabaja en una residencia de ancianos, donde al contrario de lo que pueda parecer, rejuvenece su espíritu: «Ves lo que te espera y haces por aprovechar cada minuto y cuidarte para llegar a ese momento lo mejor posible. Creo que te enseña a ver la vida de otra manera».

Ahora que la prole está criada, puede dedicar más minutos a sus aficiones: «Ahora tengo más tiempo para mí ?es una de las ventajas que da la edad?, sin horarios ni preocupaciones». Buena parte de su tiempo libre lo ocupa el deporte, pero no solo... Leer, salir con las amigas y disfrutar de la familia también forman parte de su lista de hobbies. Ah, y los conciertos, porque sin música no podría vivir. «Me gusta todo. Desde David Bowie a Iván Ferreiro, pero también la ópera, el tango o la copla», dice. Ya tiene anotada la fecha del siguiente, el de Vetusta Morla en A Coruña. ¿Y el amor? ¿Hay hueco para él traspasadas las cinco décadas? «Es muy complicado encontrarlo. Tenemos nuestras costumbres, nuestras rarezas ?reconoce entre carcajadas? pero si llega, por supuesto sería bienvenido. Aún somos muy jóvenes y siempre es mejor disfrutar de las cosas bonitas de la vida en compañía». A estas alturas del reportaje, a Maite le habrá salido más de un pretendiente.