Así planchaba, así, así...

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LAS HAMAS ARRASAN Si hay niños en casa, hay hamas. Estos abalorios están listos para planchar y llenar todos los rincones de color.

30 sep 2017 . Actualizado a las 05:10 h.

Barcos, aviones, animales, emojis... Casi todo lo que te imaginas tiene su hama (pronuncia jáma si quieres estar en la onda). Así se llaman estas figuras tan coloridas que, seguro, ya habrás visto. Eso, si es que no tienes niños en casa, porque si es así ya te la habrán llenado de botecitos y abalorios. El procedimiento de las hamas es sencillo. Compras la plantilla con la figura que quieres hacer. Eso sí, sin olvidarte de comprobar que entre todos tus abalorios tienes todos los colores que propone la foto de la plantilla, un acto que está demostrado que en el 99 % de los casos termina pasando por caja para hacerse con un nuevo sobrecito de abalorios del quinto tono de azul del último mes. Es lo que hay si quieres que la hama esté perfecta.

ENCAJA LOS TUBITOS

Una vez que tienes todos los colores necesarios, toca encajar esos abalorios en forma de tubitos en los pinchitos de la plantilla, hasta que el dibujo quede igual al de la foto. Pero ojo, que aún no has terminado. Falta lo más importante: que no se caigan los abalorios. Y eso solo se consigue planchando. Sí, sí, como lo lees. El invento trae una lámina transparente para que planches la hama sobre ella sin quemarla. Si lo haces bien, la parte de atrás se pondrá lisa y eso quiere decir que las cuentas de colores se han quedado bien fijadas. A partir de ese momento, podrás hacer con las hamas lo que quieras. Ya las hay en forma de llaveros e incluso en tres dimensiones. Hay quien se limita a decorar con ellas las paredes o los muebles de la casa, pero también quien hace murales e incluso homenajes a personajes de videojuegos como Mario Bross, dado el aspecto pixelado de estas figuras.

Precisamente este hobby de origen nórdico está en pleno revival gracias a los nostálgicos del llamado píxel art, que no son precisamente niños. Pero son los pequeños de la casa los que se han encargado de que las hamas sean un auténtico furor.