La milla helada

YES

ANGEL MANSO

29 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Es algo impresionante. Creo que más que una anécdota. Es una concentración de heladerías de primer nivel que dudo que ocurra en otra urbe española. Nos situamos en la Marina coruñesa. De siempre en la ciudad hubo rivalidad entre dos negocios, La Italiana y Colón. Dos heladerías de siempre con una clientela fiel. Por ejemplo, hay unas señoras de ochenta y tantos años que van casi todos los días a la Colón y que se ganaron el derecho a poder sentarse en unas sillas casi en exclusiva para ellas. Hace bastantes años abrió sus puertas un Farggi para ampliar la oferta en la zona. Pero hubo más aperturas. A la milla helada se sumó el establecimiento Puerta Real, y después Bico de Xeado. Por si fuera poco los de La Ibi, que todos los veranos aparcaban su furgoneta en el Cantón, decidieron apostar por su primer establecimiento físico y fijo. ¿Saben dónde? Acertaron. Entre la Italiana y la heladería Puerta Real y al lado de The Bio Factory, una empresa oleirense, la única de helados ecológicos de Galicia y primera a nivel nacional, que abrieron en Semana Santa también en esta milla helada. Ahí tienen a los últimos en aparcar en la zona. Silvia y Gonzalo, segunda generación de La Ibi. Si este verano pasean por la Marina coruñesa les resultará imposible no tomar un helado, lo complicado será decidir en cuál pedirlo. ¿Habrá alguien capaz de probarlos todos la misma tarde?

LUIS VEIRA Y ALHAMBRA

La invitación era de lo más sugerente. 40 invitados, una experiencia clandestina... Guárdanos el secreto y vivirás un viaje gastronómico... Leo en el tarjetón que remiten los de cervezas Alhambra. Para no desvelar el lugar indicaban que recogerían a los invitados en un autobús en la plaza de Ourense de A Coruña, muy cerca de las heladerías de las que les acabo de hablar. El destino era La Fábrica de la Imagen, una nave ubicada en Osedo, Sada, que en su día fue una carpintería y que unos emprendedores convirtieron en un espacio ideal para eventos o celebraciones. La música de un grupo de jazz, las mesas decoradas con velas, unas rederas trabajando en directo le dieron al espacio una magia especial. La cena fue un maridaje con la Alhambra reserva 1925 o la reserva roja con platos preparados por el chef Luis Veira, que hasta elaboró el pan añadiendo un poco de cerveza. Sorprendente la sardina con steak tartar (el nigiri gallego) e imponente la anguila con guisantes y plancton, entre otras delicias con el sello inconfundible de Luis. La velada terminó con dos postres, la bola de oro, y un ceviche de manzana, leche de tigre, coco liofilizado y helado de coco. Mucho helado esta semana.