Este pub me lleva al pasado

YES

MARCOS MÍGUEZ

Que suene la música. Tranquilo, seguimos en el 2016, aunque estos temas te trasladen a tus años mozos. En estos locales lo más actual casi casi es del siglo pasado, pero es imposible no ponerse a cantar con los primeros acordes.

21 may 2016 . Actualizado a las 19:31 h.

Esto va en función de la edad. No se enfaden pero dependiendo de su año de nacimiento, estos locales pueden ser el mejor tratamiento antiedad. No me atrevo a marcar un año de inflexión por miedo a que las que tengo sentadas en mi entorno más próximo me lancen cualquier objeto que tengan a mano, pero en cualquier caso si eres de mediados de los 80 hacia delante me entenderás. Esa fecha inmencionable separa inevitablemente dos mundos. Los que pueden contar cómo descubrieron el primer burger de su ciudad o cuándo llegaron los kiwis y los que ya nacimos «casi» con McDonald´s o los kiwis nos son tan accesibles como los plátanos. Los primeros apenas podrían tararear alguno de los diez primeros temas de las listas musicales de hoy en día, pero apuesto todo al rojo a que ganarían Eurovisión (incluso con el nuevo sistema de votación) con cualquiera de las canciones que suenan en estos locales, las auténticas máquinas del tiempo. Y como tal tienen puertas que se abren con determinadas llaves. 

Vivir así es morir de amor es una de ellas. Las primeras notas son capaces de desatar la locura, cual quinceañeras en un concierto de los Gemeliers, hasta tal punto que hasta que no desaparecen los gritos no te enteras de que el pobre Camilo ya no puede más. Junto a Sesto, la Jurado o la Carrá son garantía de éxito. Lo explica Iván Cervo, más conocido como Flashback, que lleva desde el siglo XX ligado al catálogo musical antiguo. Ya lo hizo anteriormente en varias salas de A Coruña, pero lo que ha conseguido en el Milagro es mucho más que un milagro. Que todo aquel que entre salga con una sonrisa. «Ya había bares con regatón, con radio fórmula, de electrónica... entonces me decidí por otro tipo de música disco pero de décadas anteriores», explica. Como muy atrás en este local se viaja a los sesenta de la mano de Tamla Motown o Los Temptations y si rebobinamos hacia delante podemos bailar «cualquier canción de los dos o tres últimos años que sea pop y no sea regatón».

Iván Flashback domina como pocos el arte de buscar el momento perfecto para cada canción. Es complicado porque la misma canción suena diferente a la una que a las tres de la madrugada. Confiesa que la clave es ir viendo si lo que pone está gustando en la pista de baile. Empieza con un repertorio muy variado, y en el momento menos esperado, va y sorprende con un giro. Clarooo, porque él también tiene sus seguros para despertar y animar, (hasta niveles insospechados, doy fe) al personal. Es poner el Ritmo de la noche, Sía o Mi gran noche, que la cosa sube que no veas. Por no hablar de cómo se pone el norte cuando Hay que venir al sur. Pero los ejercicios de memoria en este local de la calle Cordelería no son musicales, también visuales porque cada canción viene de la mano de su videoclip original. «No abundan mucho, porque hoy en día lo que hay en otro sitios son canales de televisión con vídeos musicales. Yo llevo 20 años digitalizando VHS o comprándolos para ponerlos en la pantalla gigante y que la gente vea de qué forma se hacía televisión, la ropa, el maquillaje o los decorados de entonces, y resulta muy divertido». Ya se van haciendo una idea de las coreografías que se montan a pie de pista. Y todo sin dejar de cantar. En este pub es imposible. Porque hacer un remember de vez en cuando no viene nada mal.

Solo una canción del XXI

XOÁN A. SOLER

El Galo D'Ouro, en la rúa da Conga compostelana, cumplió el pasado domingo 41 años. Este pub es el álter ego de Jorge Hombre, un veterano barman mitad negreirés, mitad londinense, pero con una personalidad universal y aventurera a tiempo completo. Salvo las revistas de música, los licores con más rotación y algún recuerdo de viajes remotos, nada ha cambiado en este siglo en este bar forrado en piedra y maderas nobles. Las burbujas de la Wurlitzer fluyen igual que siempre, enmarcando los cien cedés que guardan más de 1.500 canciones. Entre la primera de la lista (Imagine, de Lennon) y la última (Girl of the north country, de Dylan) se pueden encontrar todos los clásicos del rock, el blues y el jazz, con grabaciones en directo remasterizadas desde los 50 hasta los 80. «Todo del siglo pasado», comenta Jorge Hombre, convencido de regentar «el pub del fin del mundo». Pero Fernando, el camarero diletante que le acompaña de miércoles a sábado, corrige a su jefe: «En un disco recopilatorio un tanto heterogéneo hay una canción, When you were young, de The Killers, que juraría que es del siglo XXI». Bien visto, porque es del 2006.

Con todo, en el Galo no hay sorpresas musicales, «los clientes saben lo que hay», remarca Hombre, que es incapaz de calcular las veces que ha escuchado Suspicious mind, de Elvis, Stairway to Heaven, de Led Zeppelin o Have You Ever Seen the Rain de la Creedence, que son los temas que más han sonado en la gramola. En las últimas semanas los nostálgicos han fundido el recopilatorio de Bowie, pero si hay dos temazos que son himnos intergeneracionales son My girl, de Otis Redding, y el Sweet Caroline, de Neil Diamond. Todo el mundo las canta.

 Trae tu propio vinilo

Oscar Vazquez

A Pablo Álvarez Tizón los 80 le pillaron en pantalón corto, bebiendo Mirinda. Aún así, siendo demasiado pequeño para vivirlos en su plenitud, de adulto se enganchó a esa década y le rinde culto en su local de la avenida Atlántida, en Vigo. Con él lo hacen cientos de personas unidas por esa corriente de revival que eclosionó con recopilatorios de recuerdos de la época como Yo fui a EGB y similares.

La música es parte fundamental en la banda sonora de este establecimiento que hace cuatro años se reconvirtió en bar tras haber sido un restaurante durante una docena de años. Eurythmics, el Michael Jackson de Billy Jean; Culture Club, Paul Young, Tears for Fears, Rick Astley, Rockwell, A-ha, Cyndi Lauper, Bonnie Tyler, Queen, Hombres G, Tam Tam Go, Radio Futura? «Puedes poner cualquier grupo español o internacional de los 80. Hay millones y todos suenan en nuestro local. Normalmente pincho vídeos con MP4, que es más cómodo, y tengo muchísimas más canciones, pero todos los días hacemos girar el vinilo para disfrutar de su sonido, que es único», cuenta y añade que además, un día a la semana, le da a la clientela la oportunidad «de traer sus propios discos de los 80 que habían dejado arrinconados en casa, para que puedan volver a disfrutar de ellos».

Todos los eventos, fiestas y actividades que tienen lugar en su bar están asociados a este período tan productivo. Pablo redondea el panorama con un pequeño museo de objetos, juegos, juguetes, muñecos, álbumes de cromos, elepés o cintas de casete para rebobinar en el tiempo metiendo el boli en el agujero de la cinta. Ya es posible regresar al pasado.