Me voy de casa por Navidad

La Voz MARÍA VIDAL, PATRICIA GARCÍA, ANA ABELENDA, TANIA TABOADA

YES

Ana Garcia

YA NO ES TAN RARO. Cada vez son más las personas que rompen la tradición de las reuniones familiares y aprovechan las últimas semanas del año para coger el avión y volar lejos. Según la Asociación de Axencias de Viaxes, hay un repunte en la tendencia de viajar por Navidad. YES revela las historias que hay detrás...

19 dic 2015 . Actualizado a las 20:49 h.

«Una Nochebuena la pasamos en pleno vuelo»

Qué concierto de Año Nuevo de Viena. Donde esté un salto en paracaídas desde 3.500 metros de altitud para aterrizar en la playa que se quiten las demás propuestas para comenzar el año. «Caer libremente en 30-40 segundos y lo único que puedes hacer es dar un grito para soltar toda la adrenalina del cuerpo. Después viene el relax y puedes disfrutar del impresionante paisaje de los 22 kilómetros de playa de la península de Hicacos». Así, por todo lo alto, celebró Victoria García un año nuevo. 

 Hace ya casi nueve años que comenzaron a viajar en Navidades. El primero fue para huir de una situación familiar, pero le han cogido el gustillo, y ahora cada año bien la Nochebuena o Fin de Año lo pasan fuera, cuando no son todas las fiestas como este año. Hace tres días que la pareja está disfrutando del sol de Brasil. No regresarán hasta el 2 de enero. Para entonces les espera un maratón de regalos, si es que no ha comprado ya alguno durante el viaje. Han pasado las Navidades en Nepal, Canarias, Dubái, Egipto, Berlín, Cuba... y depende donde les haya cogido se han contagiado más o menos del espíritu navideño. «En Nepal por ejemplo no celebran la Navidad, así que la poca decoración que había en el hotel era porque era internacional y ya está», explica Victoria. 

En estas fechas hay que conformarse con los vuelos que hay, así que cuando tocó subirse al avión a la misma hora de cenar por Nochebuena no pusieron pegas. «Fue una comida un poco más especial, pero nos dieron champán para brindar». Aunque no sea como aquí, Victoria y Manuel intentan hacer una cena especial en el lugar donde se encuentren. Han llegado a bailar la conga con los cocineros y los camareros de un restaurante. Y siempre, siempre, se acuerdan de los suyos. Tanto que una vez se acordaron de la factura que les llegó por enviarles un vídeo de felicitación de 10 segundos. En sus agendas, este año es una excepción, siempre guardan una fecha para pasar en casa con la familia. Pero igual esto también cambia. Se están planteando para el año que viene llevárselos. Por lo menos a los cuñados, porque no todos viajan para huir de ellos.

«Nos camos a Canarias; para cenas especiales tenemos todo el año»

XOÁN A. SOLER

Carmen Fandiño y Constantino Morón, Tino, se subirán este fin de semana a un avión para pasar el día de Nochebuena y la Navidad lejos de su casa, en el municipio de Ames. El destino elegido: el Puerto de la Cruz, en Tenerife. Allí se reunirán con su única hija, Berta Morón, que vive en Londres. «Nos vamos a Canarias porque para organizar cenas y reuniones especiales tenemos otras épocas del año», cuenta Fandiño, que reconoce que «las celebraciones impuestas», como las Navidades, no son lo suyo. El viaje surgió de casualidad. Berta tenía unos días libres y «volar a Galicia era un timo», así que decidieron aprovechar el momento para unas vacaciones de relax y a 25 grados. No es la primera vez que se escapan en estas fechas. «Ya fuimos a Canarias hace unos tres o cuatro años, así que somos reincidentes. Puedes ir en manga corta y con las piernas al aire, que para diciembre no está nada mal», cuenta Berta desde Londres. Los tres estarán juntos en la isla unos días, pero no hay planes de cenas de cuatro platos ni comidas de tres horas para el 24 y el 25 de diciembre. Para ellos, explica Carmen, es como cualquier otro momento del año, solo que, en su caso, con mejor tiempo. «Planteamos este viaje como una oportunidad para conocer la isla; queremos alquilar un coche, movernos por allí y descubrir lo que hay», cuenta Tino. «No tenemos ningún compromiso con nadie así que podemos hacer un poco lo que queremos. Por eso decidimos organizar el viaje. Además, nuestra hija siempre dice que le gusta mucho viajar con nosotros, que se lo pasa muy bien con sus padres y siempre quiere que la avisemos cuando nos vamos a algún sitio. Y este es otro viaje más», confiesa Carmen.

«Vuelo a Australia para la celebrar la Navidad con 30 personas»

No es la primera vez que se va de casa por Navidad. Papá Noel ya la visitó en Australia hace unos años, cuando tenía 16 y decidió irse a celebrarla con su amiga Corinne. Con 21, la coruñesa Lucía Martínez Reboredo vuelve a volar las antípodas para pasar una Nochebuena típica... en Adelaida.  «Ellos la celebran más o menos como nosotros. En familia. Con una cena tradicional?. ¿Carne asada o en rollo? ?Por ejemplo... y marisco,  bueno... gambas, que es el marisco que suelen tener allí».

 

PACO RODRÍGUEZ

En este momento, Lucía estará ya a 18.000 kilómetros de casa. El pasado día 13 volaba rumbo Australia, donde se quedará hasta el 10 de enero. ¿Esperará también allí la visita de los Reyes? «Nooo, allí no hay Reyes». Papá Noel, con trineo volador, lo tiene más fácil, sin duda...  Este viaje es en sí mismo un regalo para Lucía, que estudia en Madrid Filología Inglesa. ¿Le ha supuesto marcharse tan lejos algún reproche de los suyos?  «Al contrario. Mi familia dice que es una suerte que tenga allí un segundo hogar». El 25 de diciembre Lucía comerá con Corinne y con unas 30 personas, «es que ese día se juntan con primos de toda Australia. La Navidad así, entre tanta gente, es muy alegre», dice. 

La tendencia a viajar por estas fechas se acentúa los últimos días del año, advierte la Agavi (Asociación Galega de Axencias de Viaxes). Su presidente, Diego Otero, sostiene que el repunte en Navidad es muy ligero. Una tendencia que corrobora Abilio Álvarez, de Bives Tour, quien dice que ?Canarias está completo? y que se impone Europa ?«las grandes ciudades»? como destino estrella.  

Si cerrase los ojos por un deseo, Lucía pediría otra Navidad especial: «La próxima quizá me iría a Nueva York». Al frío. ¿Sola? «No, ¡con amigos!?. Eso es calidez. Que no falte la familia que vamos escogiendo a lo largo de la vida. Ese otro hogar.

«Cojo un avión el día 24 para huir de la Navidad»

Antonio Platero Comesaña es un joven lucense que estudia tercero de ESO en un instituto de la ciudad de la muralla. Como viajar se encuentra entre una de sus aficiones y las fiestas navideñas no le gustan, decidió escoger esta época festiva para realizar una de sus pasiones. Tiene 14 años y espera ansioso que llegue el día 24 de diciembre, no para realizar lo que hace medio mundo, que es cenar en familia y brindar entre champán y turrones, sino para coger el avión y partir rumbo a Londres. A las dos de la tarde del propio día de Nochebuena se subirá, junto a su madre y su tía, un avión que sale del aeropuerto de A Coruña hacia la ciudad londinense. De esta forma, aprovechará para conocer lo más mítico de esta ciudad, desconocida para él. A día de hoy ya tiene la maleta hecha y todos los días revisa la situación del tiempo y el estado de la ciudad mediante la prensa. «Nunca estuve en Londres y tengo muchas ganas de conocer esta ciudad». Como regresará a Lugo el día 28 y el tiempo se le echará pronto encima,  ya tiene una programación hecha. Entre sus visitas se encuentra Buckingham Palace, Oxford, Brighton, Harrods... «Es un buen momento para ir. Son solo cuatro días, pero patearé la ciudad de arriba abajo para conocerla y culturizarme». 

Dice que el día de Fin de Año y Reyes sí le gusta pero que justo son las propias fiestas navideñas, los días 24 y 25, los que detesta. 

El hecho principal de que a Antonio no le gusten estas fiestas es la pérdida de un ser muy querido. Hace tres años falleció su «abueliño» y desde ese momento nada es igual en esa casa. Falta alguien muy especial y eso es muy triste en ese hogar, y sobre todo en Navidad, donde todo es reunión familiar. «Las Navidades son unas fiestas muy entrañables, donde la familia está reunida. Se echa mucho en falta a aquellos seres queridos que ya no están».