MÍDETE Y ACERTARÁS Os sorprendería la cantidad de mujeres que van a comprarse un sujetador y que en realidad no tienen ni idea de la copa que les corresponde. Si formas parte del club, atiende y coge la cinta métrica.
20 jun 2015 . Actualizado a las 10:04 h.Si tus sujetadores cortan el pecho haciendo que tengas cuatro en vez de dos, te hacen bolsas o dejan rastro cuando los quitas, quiere decir que tú también formas parte del 70 % de las españolas que no sabe cuál es su talla. Parece mentira, pero la gran mayoría no se compra bien el sostén. Y no lo decimos nosotros. Es el resultado que arrojó el último estudio de la Universidad de Barcelona, que concluye que somos demasiadas las que elegimos mal, pero que muy mal, nuestra ropa más íntima. Está claro que no es cuestión de ir apretada, pero tampoco se trata de que te quepa la mano por dentro ni de que al agacharte el sujetador se separe del pecho, como si tuviese vida propia y la cosa no fuese con él. Y no, los aros tampoco pueden separarse del tórax. Ya avisamos de que no vale echarle la culpa al uso y a los lavados. Tampoco vale crear canalillo a costa de comprarse dos tallas menos. Si nos haces caso, verás como el sujetador y tú seréis uno.
DOS MEDIDAS Y UNA RESTA
Lo primero que tienes que hacer es coger la cinta métrica y medirte el contorno justo por debajo del pecho. A la medida que te salga, súmale 15 y tendrás el tallaje español y francés, es decir, el nuestro. Por ejemplo, si tu contorno es de 75 centímetros tienes que sumarle esos 15 para obtener la talla, que sería la 90. Una talla que se refiere solo a tu contorno, porque te falta la otra, que es la del pecho. En este segundo paso entra la copa, esa gran desconocida que unas veces te queda floja y otras puede cortarte la respiración. Para saber cuál utilizas mide de nuevo el contorno, pero esta vez por la parte más sobresaliente del pecho. Ahora resta los dos resultados que obtuviste, y lo que te dé marcará el tamaño de la copa, de la siguiente forma: copa A (12 a 14 centímetros, busto pequeño); copa B (de 14 a 16 centímetros, busto medio); copa C (de 16 a 18 centímetros, busto lleno); copa D (de 18 a 20 centímetros, busto voluminoso)... y así hasta la G.
Queda claro que difícilmente podemos comprarnos un sujetador guiándonos solo por una de las dos medidas. Sin embargo, no se acaban ahí nuestras malas costumbres. Y es que otra de nuestras manías es la de regular mal el sujetador. En lugar de nivelarlo de modo que los tirantes no nos dejen marca en los hombros, tiramos de ellos hasta que vemos el pecho bien arriba sin percatarnos de que con ello también subimos la espalda del sostén, creando un arco totalmente antiestético. Pero igual que hacemos pecamos de lo contrario, que es aflojarlos tanto que se caen cada dos por tres, casi siempre como consecuencia de una talla inapropiada.
TIENE SUS RIESGOS
Mejor será que tires de cinta métrica y nos hagas un poco de caso, porque muchas de las consultas médicas por dolores de mama están directamente relacionadas con la utilización inadecuada del sujetador, y la mayoría desaparecen instantáneamente en el momento en que se usa el adecuado. La espalda es otra de las zonas castigadas, e incluso pueden aparecer bultos de grasa. Antes de que eso ocurra, mejor vete de compras.