El vigués, iniciado por su padre, busca un lugar en la élite europea júnior
24 abr 2014 . Actualizado a las 06:00 h.A Antonio Serrat (Vigo, 1995) el triatlón le viene de cuna. Su padre fue uno de los pioneros de la modalidad deportiva en Galicia en los albores de los años 90 y su vástago se ha convertido 19 años después en una de las esperanzas de futuro de una disciplina cargada de éxitos.
«Desde pequeño mi padre hacía triatlón y siempre me pareció un deporte muy divertido y muy chulo. Lo he practicado desde muy temprana edad», comenta el vigués, que acaba de firmar su mayor éxito internacional en la modalidad, subcampeón en la Copa de Europa de Portugal. «Es mi primer podio internacional y por lo tanto el logro más importante», comenta.
Serrat compagina el triatlón con el ciclismo, en las filas del Club Ciclista Vigués, en donde también milita su hermana -«aprovechamos los entrenamientos que hacen ellos y también vamos a alguna carrera con ellos»- y el atletismo, en donde ha sido capaz de apuntarse triunfos de prestigio como el Belarmino Alonso de cros. Reconoce el vigués que la carrera a pie es su fuerte y que el mayor margen de mejora aparece en la natación, aunque para ser un buen triatleta tiene que ser fiable en todo. «Mi punto fuerte la carrera a pie, y el débil la natación, pero hay que intentar ser lo más regulares posibles porque en este deporte no se puede tener ningún punto débil, hay que intentar ser lo más homogéneos posibles», incluidas las transiciones, que el júnior considera una disciplina más dentro de su deporte.
Estudiante de un ciclo superior de preparación física, desde el inicio de curso se ha encomendado a la figura de Omar González, el que fuera técnico de Gómez Noya, como entrenador. Pocos meses después ya percibe que ha mejorado en la natación en aguas abiertas, en donde la técnica es muy diferente a la que se desarrolla en piscinas, el medio natural de entrenamiento. A mayores, tiene los consejos de su padre. «Me dice que de genética no me dio mucho, el lo hacia por disfrutar. Sobre todo me motiva», comenta.
A estas alturas Antonio Serrat está centrado en la preparación para el Europeo del próximo mes de junio en Austria. A la preparación dedica seis días a la semana, con una visita diaria a la piscina, alternando las carrera y la bici el resto de los días. Sabe que en la cita continental se va a jugar la temporada: «El año pasado conseguí la plaza directa para ir este año y ese es el objetivo y si quiero ir al mundial también tengo que clasificarme en el europeo. Tengo que hacerlo bien». El hacerlo bien significa estar entre los ocho mejores del viejo continente, las bajas que dan derecho a estar en el Mundial.
Para el vigués es su última temporada en categoría júnior. Después llegará la hora de la verdad para confirmar que una nueva realidad del triatlón gallego ha entrado en acción. «La clave será el próximo año cuando ya me toque correr la distancia olímpica y las carreras élite». Por ahora tiene una última cuenta pendiente como júnior.
«Mi punto fuerte es la carrera a pie y el débil la natación, pero hay que ser homogéneos»