La decoración de la araucaria y el armazón del mercadillo siguen en la alameda a diez días de marzo, así como avisos de Vitrasa por anulación de paradas
19 feb 2022 . Actualizado a las 05:00 h.El lema de promoción turística municipal Vigo. Donde vive la Navidad no iba de farol. Vive y sobrevive a 19 de febrero en pleno centro de la ciudad, cuando el entroido está casi a punto de comenzar y la primavera empieza a pedir paso mientras el reloj de la oficina principal de Correos se ha quedado anclado en las 6.15 horas, contribuyendo a dar carácter intemporal al señorial entorno.
Cientos de bolas doradas, muchas ya algunas rotas en el suelo, cuelgan de la imponente araucaria centenaria que se encuentra en el extremo de la plaza de Compostela más cercano a la calle García Olloqui para sorpresa de los viandantes. Durante el período navideño, el árbol de gran porte, que mide cerca de 30 metros de altura, fue utilizado como soporte de las figuras esféricas. Además fue cableado en todo su perímetro para añadir más puntos de luz al festival eléctrico, ampliado hasta el sinsentido por el Concello una semana más en la que la ciudadanía ya había pasado página con toda la parafernalia de vuelta al trastero.
Asociaciones como Ecoloxistas en Acción han denunciado la «vandalización» y maltrato del patrimonio natural público ya que se trata de un ejemplar árbol catalogado como «senlleiro». Destacan también que incumple la propia normativa municipal de medio ambiente de Vigo, que prohíbe la instalación de adornos en el arbolado urbano.
Al hilo de este asunto, Marea de Vigo ha denunciado que la plaza de Compostela no figura en el registro BIC de la Xunta de Galicia y solicita al Concello de Vigo que inicie su tramitación para dotar de protección al jardín del siglo XIX.
La escena anacrónica que demuestra una inexplicable dejadez se completa con el armazón de madera del mercadillo navideño Cíes Market, del que más de un mes después no se ha movido ni un tablón. No es el único resto evidente que se ha quedado de okupa. La estructura que da forma a la caja de regalo, un armatoste de proporciones gigantescas que enmarca la entrada del párking en el bulevar de la Gran Vía, ya se ha quedado como parte fija del mobiliario urbano sin sentido alguno una vez acabadas las fiestas.
Iluminaciones Ximénez, la empresa instaladora de los once millones de luces led, ha retirado la mayor parte de la decoración, pero no toda. Todavía quedan arcos con motivos navideños, algunos desperdigados por la ciudad y otros en el centro, que volverán a brillar para carnaval.
Hay otros detalles que contribuyen a dar la impresión de que el tiempo se ha parado en esta ciudad como si fuese el Día de la Marmota. Por ejemplo, los carteles pegados por Vitrasa en paradas que siguen indicando que los autobuses de la compañía de transportes han modificado o anulado paradas de su trayecto habitual debido a los cortes de tráfico en el período navideño.