Multan a vecinos de Tui por talar árboles protegidos para dejar pasar al camión de la Panorama

carlos ponce TUI / LA VOZ

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La parroquia de Malvas tendrá que afrontar la sanción de 6.000 euros impuesta por Patrimonio

20 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El concierto de la orquesta Panorama en la parroquia tudense de Malvas en el verano del 2016 le saldrá a los vecinos más caro de lo esperado. Si ya de por sí el caché de la orquesta por excelencia de la música gallega es elevado, la asociación vecinal también tendrá que hacer frente a una sanción de 6.000 euros impuesta por la Dirección Xeral de Patrimonio después de que talasen unos árboles que son especies protegidas para dejar pasar al camión de la Panorama.

Malvas sufría desde hace años este problema cuando llegaban sus fiestas parroquiales, pues los camiones de las diferentes charangas tenían problemas para pasar por el camino debido a los árboles que finalmente fueron cortados. Se trata de cinco liquidámbares y otros tanto plataneros.

«Son especies protexidas, pranteinos no 2001. Botáronos abaixo para deixar sitio ao botellón da Panorama», asegura Raimundo Martínez, un conocido escultor de Tui que decidió denunciar a la asociación de vecinos de su parroquia por echarlos abajo. En una asamblea del colectivo, antes de la celebración del concierto de la Panorama, se votó por mayoría cortar esas especies.

El entonces concejal de Medio Ambiente de Tui, José Martínez Tato (BNG), accedió a poner a disposición de los vecinos la empresa contratada por el Concello para la poda. «Taláronse por unha razón moi sinxela: para ampliar o espazo para as festas», asegura el exedil, que reconoce que el Concello puso a disposición de los vecinos a los operarios municipales para llevar a cabo la operación. Ni vecinos ni Concello fueron conscientes, en aquel momento, de que tuviesen que pedir autorización a Patrimonio.

Desde la asociación vecinal, no obstante, tienen una versión muy diferente del conflicto. Juan Figueroa, vocal de la directiva, defiende que ellos no dieron autorización alguna a la empresa que taló los árboles y niegan responsabilidad alguna en lo sucedido. «No hay nada que demuestre que la asociación de vecinos hiciese una tala ilegal. Es cierto que en la votación la mayoría votó a favor, pero en ningún momento se pidió a nadie que lo hiciese. Me imagino que la empresa estaba por la zona podando y quiso aprovechar para cortar esos árboles», apunta.

Al colectivo todavía no le ha llegado la notificación de la sanción, pero ya adelanta que en caso de que se confirme, apelarán la resolución de Patrimonio. «El denunciante, que además nunca pidió permiso para plantar esos árboles, denunció primero ante el Seprona, que vino aquí y no le dio ninguna importancia», asegura Figueroa.

Además, apuntan que la razón por la que los vecinos estaban molestos con los árboles no era exclusivamente dejar más espacio para la celebración de las fiestas de la parroquia, sino también porque muchos habían denunciado que caían en los canalones de la zona.

Enfrentamiento entre el denunciante y los colectivos de la parroquia

  

Patrimonio no ha especificado todavía si ordenará a la asociación de vecinos de Malvas reponer los árboles talados, que se situaban en los alrededores de la iglesia parroquial. Precisamente, el debate entre el denunciante y los denunciados se centra en si las especies taladas son protegidas o no. «Los árboles de la discordia no son espacies protegidos. Y además se plantaron sin permiso», asegura Juan Figueroa, vocal del colectivo vecinal.

La asociación no entiende que Raimundo Martínez, natural de Malvas y una persona muy conocida en Tui gracias a sus esculturas, «vaya en contra de su propia parroquia. No solo nos denunció a nosotros, también a la asociación cultural y a la comunidad de montes. Se aburre mucho y tiene que estar entretenido con algo», asegura Juan Figueroa.

El actual concejal de Patrimonio de Tui, Eduardo Freiría, reconoce que el expediente sobre este asunto se abrió en su día y que, si hay una sanción, «terán que afrontala eles», pero en ningún caso el Concello.