«Quedáronme os ollos como bugallos de tanto chorar»

Miguel Ascón, María Doallo OURENSE

CRECENTE

Pilar pudo por fin visitar a su madre, que vive a quince minutos pero en otra provincia
Pilar pudo por fin visitar a su madre, que vive a quince minutos pero en otra provincia Santi M. Amil

Los primeros viajes entre provincias permitieron a muchos ourensanos ver de nuevo a sus familias

09 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde que se declaró el estado de alarma no se permitían los viajes entre provincias. Esa restricción se levantó este lunes y era un día que muchos ourensanos esperaban con anhelo para reencontrarse con sus familias. Una barrera invisible les impedía hacerlo pero ya la han derribado.

Las restricciones por provincias generaron situaciones tan absurdas como la que vivió la familia de Pilar Pérez Rodríguez. Ella reside en Ribadavia, a tan solo quince minutos en coche de la casa de su madre, en la parroquia de Freixo, que pertenece al concello pontevedrés de Crecente. Este lunes, después de tres meses sin poder verla, pudo cruzar por fin la frontera. Hace unas semanas, su hijo le propuso acercarse al límite provincial y que la abuela hiciese lo mismo, pero Pilar lo descartó. Mantuvo el contacto con su madre por teléfono o por videollamada, pero siempre acababa llorando. El domingo, cuando ya sabía que por fin solo quedaban unas horas para reencontrarse, no podía parar de llorar. «Foi criminal. Quedáronme os ollos como bugallos», cuenta la mujer, que explica que está muy unida a ella y a sus tíos: «Sempre estabamos xuntos e foi moi duro non poder vernos».

La espera terminó este lunes y por fin pudo recorrer esos pocos kilómetros y verse de nuevo en persona con su madre. Eso no frenó la llorera de Pilar, pero esta vez las lágrimas eran de felicidad. «Estou feliz non, lo siguiente», cuenta entre risas tras aterrizar en Freixo. Ahora solo queda volver y avanzar en la «nueva normalidad» porque aún no se atrevió a abrazar a su madre, Marita. «Arrimeime un pouco a ela, pero hai que esperar. Ten 87 anos e non quero correr ese risco», explica Pilar.

Reencuentro en Santiago

Tres meses exactos. Ese es el tiempo que ha estado el santiagués Alejandro Abucide sin ver a su familia. La última vez que los visitó fue el 7 y 8 de marzo, justo para celebrar la boda de una de sus primas. «Por suerte, ese fin de semana estuvimos todos», dice. Su marido es quien le trajo a Ourense, donde ahora trabaja él también, y juntos viven en Esgos. Allí les pilló el confinamiento y precisamente por eso no lo llevaron nada mal. «La verdad es que al vivir en el campo todo es mucho mejor. Tenemos un montón de animales a los que hay que cuidar cada día y también aprovechamos para hacer arreglos en la casa. Sin duda, lo que más me dolió es estar lejos de mi familia porque además suelo venir a verla con frecuencia», explica. Por eso quiso remediarlo el primer día de la fase 3 de la desescalada. «Acabé mi jornada, que ahora es la mitad porque la empresa hizo un ERTE, y a las 13.30 horas salí para allí», relata. En su casa del barrio de San Lázaro lo estaban esperando para comer y con los brazos abiertos sus padres, Pilar y Juan. «Eu non puiden evitalo. Boteino moitísimo de menos e en canto o vin, necesitei abrazalo», dice Pilar. «Estoy feliz de verles en persona, sin un móvil de por medio», admite Alex.

Alejandro Abucide, rodeado de sus padres, uno de sus hermanos y su cuñada, y tres de sus sobrinos
Alejandro Abucide, rodeado de sus padres, uno de sus hermanos y su cuñada, y tres de sus sobrinos

A su reencuentro también acudieron algunos de sus sobrinos, Sergio, Raúl y Jorge. «Les prometí que iba a hacer con ellos bollitos preñaos y así estamos», bromea el santiagués con las manos en la masa. Café obligatorio con sus primas, que viven en la casa de enfrente, y cena de nuevo en familia. «Verlos y estar en mi casa es una forma de coger fuerzas, por eso vengo a menudo con mi marido en una situación normal», explica. Repetirán visita este fin de semana, para celebrar los 68 años de su padre el domingo. «Estou contentísima porque parecía imposible que puidera volver e mira, xa está aquí con nós de novo», termina su madre.