Miles de ciudadanos no llegan a tiempo a sus citas por la huelga de Vitrasa
23 sep 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Miles de personas tuvieron ayer que armarse de paciencia para llegar a sus destinos en la primera jornada de huelga de 24 horas anunciada por el comité de empresa de Vitrasa. Las esperas para cientos de ciudadanos se prolongaron durante más de una hora para poder subirse a los autocares marcados por los servicios mínimos. Muchos no llegaron a tiempo a sus puestos de trabajo, otros perdieron citas médicas o emplearon toda la mañana para realizar algunos trámites o recados que, en condiciones normales, no les llevarían más de una hora.
El portavoz sindical de los trabajadores, Imanol Arnoso, valoró positivamente el amplio seguimiento que tuvo el paro. «La acogida fue bastante buena, si bien es verdad que salieron seis conductores no previstos en los servicios mínimos, que son trabajadores eventuales coaccionados por la empresa, porque ya sabemos que ese personal, en la situación en la que están, no se niegan a hacer nada», valora.
En la calle ya hay mucho cansancio por los inconvenientes que produce en la población las medidas de protesta y los continuos cambios horarios. Hay que tener en cuenta que los trabajadores comenzaron a movilizarse ya en agosto de 2021, una vez que fracasaron las negociaciones para la aprobación de un nuevo convenio colectivo. Llevan dos años de movilizaciones y, por el momento, no hay ninguna reunión prevista entre la patronal y los sindicatos puedan acercar posturas y llegar a un acuerdo que suponga el fin de las medidas de presión. Desgraciadamente para los usuarios del transporte público, los paros parciales continuarán en diferentes horarios y seguirá habiendo jornadas de huelga total en fechas que aún están pendientes por determinar.
«Realmente lamentamos todos los perjuicios que se están causando, pero no tenemos otra manera de reivindicar nuestros derechos. La manera es hacer huelga sin conducir el bus. Es una puñeta, pero creo que habría que apuntar al Concello, que mira para otro lado y no se preocupa por mejorar el servicio. Está en sus manos», valoraba ayer por la tarde Imanol Arnoso poco antes de comenzar un acto de protesta con trabajadores desde el cruce de los Llorones.
Cientos de ciudadanos dependen exclusivamente de los autobuses para moverse por la ciudad porque no tienen coche, o nadie que les pueda llevar o les parece muy costoso pagar un taxi. Adriana Navarro, una joven que trabaja en hostelería, se quejaba ayer de que iba a llegar bastante tarde a su trabajo. Espero media hora en Travesía de Vigo y ya llevaba una hora sentada en la parada de la Praza de América. Hacía diez minutos que tenía que haberse incorporado a su puesto de trabajo en un establecimiento de Canido. «En el trabajo me van a regañar. Espero que lo comprendan», afirmaba ayer.
Isidro Areses perdió toda la mañana por culpa de la huelga. Tenía una cita con el oftalmólogo en Povisa a la que no llegó y también llevaba más de una hora esperando para coger un autobús en As Travesas de vuelta para su casa, con la esperanza de poder llegar a tiempo para recoger a su nieta del colegio. «Es una pena que una ciudad como Vigo no tenga un transporte en condiciones. El alcalde se dedica ayer a salir en el Land Rover y ya con las luces de Navidad, que está bien, pero la gente que trabaja a las siete de la mañana a ver cómo va si no tiene vehículos ni nada», afirmaba.
«Me parece horrible no llegar cuando tienes que ir a buscar al niño al colegio. Es intolerable», se quejaba también Sebastián Fernández, un hombre en paro que debe recorrer la ciudad para ir a buscar a su hijo. «Me tengo que levantar a las seis de la mañana para que entre a las nueve», dice Sebastián Fernández. Como ellos, numerosas personas no llegaron a tiempo a sus citas. Otros usuarios se pusieron de parte de los trabajadores, que opinan que deben cobrar unos sueldos dignos y tener unas buenas condiciones laborales. Lamentan que los más perjudicados son los vecinos que viven en el extrarradio de la ciudad.
Ante la falta de autobuses, los taxistas notaron un aumento de su actividad, aunque no fue una avalancha, afirma el presidente de Élite Taxi Vigo, Daniel Matías. Los taxistas cargaron a muchos ciudadanos en las paradas de Vitrasa que les pararon cansados de esperar por unos autobuses que nunca llegaban. También se notó más tráfico en las calles del centro urbano por el uso de vehículos particulares.
Tras tanto tiempo de movilizaciones, los usuarios demandan que se produzca un acuerdo que ponga fin a las molestias que ocasionan los paros continuos en el servicio de transporte público urbano. Demandan al Concello de Vigo que tome una parte activa en el conflicto, obligando a la concesionaria a ofrecer un servicio adecuado a los ciudadanos.