Narcos compran teléfonos viejos como el Nokia de Déborah Fernández para eludir los rastreos

e. v. pita VIGO / LA VOZ

VIGO

M. MORALEJO

Delincuentes y criminales pagan 200 euros por un modelo GPRS del año 2000 para dificultar su geolocalización mediante las antenas

18 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

El caso Déborah tiene una nueva línea de investigación que son los datos que podría contener el Nokia 33-10 que usaba la joven viguesa desaparecida y hallada muerta en el 2002. Para extraer los datos, los forenses de Lazarus Technology han tenido que comprar en Singapur y Azerbaiyán modelos de una versión de ingeniería similar al móvil de Déborah para usarlos como réplicas y practicar con ellos antes de actuar con el original.

Conseguir uno de estos teléfonos antiguos que datan de hace 23 años es difícil, y según fuentes del sector informático, los narcos y otros delincuentes están pagando hasta 200 euros por un viejo modelo de banda GPRS que funcione, lo justo para llamar y recibir llamadas. Estas antiguallas son más discretas que los smartphones, son más difíciles de rastrear, almacenan pocos datos (llamadas entrantes y salientes), hay menos antenas que pueden captar su señal y geolocalizan al sospechoso con menor nitidez.

Prueba de ello es que una reciente sentencia de la Audiencia Nacional menciona que los sospechosos de una banda galaico-colombiana tenían en su poder dos Nokia. Otro fallo del 2022 de la Audiencia de Pontevedra por tráfico de drogas enumera media docena de Nokias en poder de los transportistas de droga.