«Si todos los años en Galicia el mismo radar es el más multón, es que no cumple su función»

Carlos Punzón
C. Punzón VIGO / LA VOZ

VIGO

M.MORALEJO

Automovilistas Europeos Asociados exige presencia policial y mejoras en la A-55

27 ago 2022 . Actualizado a las 23:54 h.

La autovía que une Vigo con la frontera en Tui A-55 ha pasado de ser una de las de mayor siniestralidad de España a convertirse en uno de los viales con más sanciones activadas por el reguero de radares instalados a lo largo de su trazado para tratar de frenar la velocidad de su circulación. El cinemómetro que vigila al inicio de las curvas de Tameiga que no se superen los 60 kilómetros por hora es el que más coches cazó el año pasado en Galicia y el séptimo de todo el país, y lleva años encaramado a esas posiciones.

«El éxito de un radar debe de estribar en que cada vez origine menos denuncias, porque el último objetivo que debe de tener Tráfico es el de la sanción. En sí misma es un fracaso, pues actúa después de que se haya producido la situación de riesgo», expresa Mario Arnaldo, presidente de la organización de usuarios Automovilistas Europeos Asociados. El responsable de la organización que cada año elabora distintos ránkings con las multas impuestas, mantiene que el citado radar de Mos «debe de ser una herramienta de prevención que debería ser anunciado suficientemente, no tenerlo escondido detrás de un panel informativo. Debería tener orquesta y cohetes para que se haga respetar el límite de velocidad». Para el experto en gestión administrativa del sector del automóvil, Tráfico debería de analizar por qué durante tantos años aparece este cinemómetro entre los que más sanciones genera de España. «Puede haber un problema de credibilidad y que el usuario que circula por esa autovía no perciba que esa limitación de velocidad sea la adecuada o habitual para una carretera de esas características», argumenta Arnaldo.

«Si todos los años en Galicia el mismo radar es el más multón, es que no cumple su función», acuña el presidente de AEA. Dicha organización estima que infracciones como las de exceso de velocidad debieran llevar aparejadas una mayor intervención de los agentes de la Guardia Civil para dejar constancia en el momento un mal procedimiento al volante. «Desde que entró el carné por puntos, España se ha convertido en el país de Europa con las abuelas más infractoras», asegura para describir que muchas de las sanciones que llevan aparejada la pérdida de puntos y que no son resueltas en el momento, acaban siendo asumidas por familiares de los infractores para que estos no se queden sin saldo en el permiso de circulación.

Mario Arnaldo eleva los posibles ingresos del activo radar de la A-55 durante el pasado año a 3,74 millones de euros, al ser el importe medio de las sanciones en España de 92 euros. «Con esas cifras, lo normal sería que hubiese una mayor presencia de agentes de Tráfico, pero ya se sabe, un radar no pide pan. Pero no hay correspondencia entre su número de sanciones y el riesgo que genera una vía de esas características, con un tráfico pesado muy alto además», concluye el responsable AEA, que pide que se adopten en Tameiga otros medios que aporten seguridad a los conductores más allá de una cadena de radares que semejan tener una alta intención recaudadora.