Pitu busca a su sustituto

M. V. F. VIGO / LA VOZ

VIGO

XOAN CARLOS GIL

El entrenador del Bembrive, con la necesidad de desconectar, optó de mutuo acuerdo con el club por apartarse a tres jornadas del final de liga

25 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Roberto Carlos García, Pitu, se está tomando un respiro. Tras años ligado al Bembrive de fútbol sala, el técnico decidió hace un par de semanas dar un paso a un lado y empezar un período de desconexión. El entrenador del equipo de Segunda Nacional del club, así como de varios conjuntos más, tomó esta decisión de mutuo acuerdo con la directiva y, subraya, por una cuestión de necesidad personal suya después de años de trabajo y dedicación.

No oculta que ha habido un par de detonantes que han tenido peso en su determinación. Meses atrás, una jugadora rival le acusó de agarrarle tras un partido, unos hechos que siempre negó y una cuestión que quedó en nada. «Fue un palo gordo y ya estuve a punto de dejarlo en aquel momento», revela el técnico vigués. Semanas atrás, sí fue sancionado, castigo que de nuevo ha hecho mella en él. «Estaba suspendido dos partidos y llevamos al segundo entrenador. Pero el árbitro reflejó en el acta que yo había dirigido al equipo y me cayeron otros tres partidos», lamenta.

Pese a que desde el club recurrieron y presentaron fotos para demostrar que en todo momento estuvo en la grada en ese encuentro cumpliendo la suspensión, no se tuvo en cuenta. Prevalece el relato del acta. «Entre una cosa y otra, estaba muy cansado y decidí desconectar un poco. Son muchos años subiendo a Bembrive todos los días. No hay nada más, nada raro», aclara.

En este momento está alejado de todos los equipos que llevaba y su intención es no retomar el sénior la próxima temporada. pero sí seguir vinculado al club. De hecho, cuenta que él mismo se está encargando de buscar a quien le releve en el banquillo de Segunda Nacional en el curso 2022/2023. «Estoy en ello, pero es complicado. Tiene que ser un entrenador de cierto nivel, porque la categoría y las jugadoras lo exigen. Pero los posibilidades del club son mínimas y es difícil que alguien quiera venir», comenta.

Ante ese escenario, ¿es posible que Pitu se acabe replanteando su decisión con el paso de las semanas? «En principio, tanto la directiva como yo estamos de acuerdo en que tiene que venir alguien nuevo», subraya el entrenador. Por mucho que él vaya a seguir formando parte del Bembrive, está convencido de la necesidad de un cambio que se ha precipitado con los acontecimientos. Ahora tiene, como mucho, «con suerte», dos candidatos que valora para el puesto.

Temporada «de once»

Pitu se ha sentido apoyado siempre tanto por la directiva del club como por sus jugadoras, que «llaman y escriben» interesándose por él. A ellas les achaca una temporada «no de diez, de once». A falta de una jornada, marchan terceras. «Hemos peleado hasta la penúltima jornada por jugar el play-off sabiendo que los dos equipos de arriba tienen muchas posibilidades de ascender. La temporada es increíble, no se les puede poner ni un pero».

Han perdido cinco partidos y, de ellos, cuatro fueron contra los que bajaban de División de Honor. Además, esas derrotas fueron casi siempre ajustadas. Todo, mucho mejor de lo que podían prever. «No se lo esperaba nadie. Queríamos establecernos en la categoría, no pasar apuros, demostrar que lo del año pasado no fue casualidad, refrendarlo y demostrar que somos un equipo de Segunda Nacional», explica. Ha quedado constatado con creces: «Las chicas se lo fueron creyendo, fueron compitiendo y dieron la cara», añade.

A lo largo del curso, han debutado cinco canteranas, aparte de que el grueso del equipo son futbolistas de casa. Les resulta muy complicado traer gente de fuera, pero los resultados dicen que no las han necesitado. «Nosotras no pagamos; al contrario, las chicas pagan por jugar y no es sencillo con nuestras circunstancias competir con equipos que tienen dos extranjeras». También es fruto de su duro trabajo y el cuerpo le ha pedido a Pitu parar.