La ucraniana Daría Zakharova recibe a sus padres en Cangas: «Ya están lejos de las explosiones»

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

VIGO

La médico y jugadora de tenis de mesa respira feliz tras el viaje de siete días desde Odesa

17 mar 2022 . Actualizado a las 23:36 h.

Daría Zakharova abraza a sus padres. Están con ella fuera de peligro en el piso de Cangas donde vive. Llegaron hace una semana de Ucrania huyendo de la guerra. «Ya están lejos de las explosiones», agradece. Fue un viaje de siete días, primero en coche desde Odesa hasta Moldavia, para viajar desde allí a Rumanía en autobús y llegar a Madrid en avión haciendo escala en Bucarest y en París. Renfe no les cobró nada por el trayecto en tren hasta Vigo y les brindó comida y café gratis.

Daría es licenciada en Medicina, anestesista y prepara el MIR en una academia. También es jugadora profesional de tenis de mesa. Pertenece al club cangués Cinania TM, que le ha cedido el piso en el que reside desde que llegó hace nueve meses. Ha sido una suerte para sus padres tenerla aquí. «Hay muchas familias que no saben a dónde ir», afirma. Sus progenitores dejaron en Odesa toda su vida con un gran dolor de corazón. «Es complicado meterlo todo en dos maletas», afirma esta joven ucraniana.

Serguéi, su padre, es médico de familia y Olga, su madre, asesora en la zona portuaria. Ayudaban económicamente a su hija para que pudiera mantenerse en España. Ahora no lo pueden hacer porque se han quedado sin recursos. Es ella las que les brinda un techo gracias al piso que costea el club de tenis de mesa, una ayuda que consideran «importantísima». Daría piensa buscar un trabajo. Es la única que lo puede hacer por ahora porque el idioma no supone ninguna barrera para ella. Lo aprendió antes de viajar a España y, en estos nueve meses, lo ha perfeccionado. Serguéi y Olga no hablan nada de español, pero la ONG Accem en Vigo les va a ayudar mediante cursos de aprendizaje. También les asesorarán para conseguir la carta de refugiados.

Los padres de Daría se preparan para una nueva vida que nunca estuvo en sus planes. Su deseo es volver a Ucrania, pero el futuro está lleno de interrogantes. «La pregunta es volver a dónde y qué vamos a hacer. Eso no lo sabe nadie. Por eso voy a probar a conseguir aquí trabajo», afirma Daría. Están agradecidos a la ayuda de Europa y de España y el cariño que reciben. «La gente es muy amable y sus palabras de apoyo significan mucho para nosotros», dice.

Los abuelos

Ellos están a salvo, pero muy preocupados por todos sus seres queridos que siguen en Ucrania. «Tenemos muchos nervios porque allí quedaron mis abuelos. No podemos recogerlos porque viven en un pueblo pequeño donde no se puede entrar ni salir. El abuelo pasa las noches en un refugio. La televisión rusa dice que la gente puede salir por corredores humanitarios. Pero no es verdad, siguen las explosiones», asegura.

Hace unos días también llegaron otros allegados suyos de Ucrania, una mujer de 40 años con sus dos hijos pequeños, que son ahijados de la madre de Daría. Tampoco saben hablar español y se encuentran alojados en un hotel gracias a Accem.