«Recuperaremos la participación del afiliado todo el año», prometió, mientras la militancia estaba ejerciendo su voto desde dos horas antes. «Los cargos no se eternizarán», comprometió Guerra, que ya ha sido concejal, parlamentario, diputado y senador. Concluyó indicando que Vigo precisa una oposición seria y fuerte. «Vigo tiene que estar primero, antes que nuestro partido, los intereses de nuestros ciudadanos», dijo trazando el paralelismo que también emplea Alberto Núñez Feijoo en sus campañas refiriéndose a Galicia del mismo modo.
Su rival, Marta Fernández-Tapias se mostró en su caso confiada en que el congreso marque el resurgir del PP vigués. «No me gustaba cómo estaba el PP de Vigo. He dado un paso al frente para darle la vuelta», indicó, desvelando que la marcó escuchar al exministro Pío Cabanillas cuando tenía once años. Se declaró como una más de los militantes del partido en Vigo y haber trabajado en la organización desde los trabajos internos más básicos. «No me gustan las quejas, los lamentos y ya está bien de quejarse», espetó a Guerra, apostando por un cambio de tono y alternativas para optar al Ayuntamiento. «Nuestro verdadero rival es Abel Caballero, y nuestro partido debe cambiar para lograr el Ayuntamiento», marcó así un discurso en favor del cambio.