A Pedra: una tienda de ropa, un colmado y dos bares

VIGO

Oscar Vázquez

Solo cuatro negocios resisten a la espera de que en octubre reabra el mercado. La oficina del presidente de Estados Unidos propició el cierre del zoco vigués

15 ago 2021 . Actualizado a las 01:36 h.

Las redadas policiales contra el Winston de batea y los Levi´s de contrabando a 25 euros acabaron con un mercado tradicional que se publicitaba en los folletos como uno de los grandes alicientes turísticos de Vigo. Pero las grandes marcas, que hacen la vista gorda contra las copias falsas masivas de China, Turquía y Tailandia, se cebaron en los últimos años contra los pequeños comerciantes de A Pedra que se arruinaron al no poder vender sudaderas de logotipos gigantes. Solo sobrevivieron unos pocos que ahora esperan el resurgir de la zona una vez se reformen los puestos de los pasillos interiores, que se parecen a los zocos árabes pero con acento gallego. Tras el cierre producido en el 2018 y la llegada posterior de la pandemia y sus estragos, A Pedra y las calles colindantes se convirtieron en un páramo donde azotaba el viento en los días tristes de otoño e invierno y donde parecía que nunca iba a llegar la primavera. Pero sí lo ha hecho y después, el verano, en todo su esplendor. Ayer en el mercado había dos partes diferenciadas. Los bajos a pie de calle siguen abiertos con dos bares, un colmado y una tienda de ropa, Yessi, a pleno funcionamiento. Esta se ubica en un local en el que antaño se ofrecían supuestas camisas de Carolina Herrera a 15 euros. Ahora ha cambiado la gestión y el género, que sigue siendo muy bueno. La tienda Yessi se ha trasladado desde la parte superior de la plaza de A Pedra al zócalo inferior del mercado. Allí, Yolanda Estévez, encargada del negocio, exhibe coloridos maniquíes con ropa de marca: La Vespita, La Española y otros reconocidas firmas textiles de colores alegres estivales. La misma alegría se ve en las mesas de los vecinos restaurantes Grill o La Codorniz, donde turistas y vigueses disfrutan de platos tradicionales. Junto a ellos Huerta de San Isidro, un colmado que ofrece frutas y verduras frescas junto a otros productos de alimentación con una imagen de cercanía y calidad completa del cuadro de los cuatro negocios que siguen atendiendo al público y que han superado con éxito la larga travesía del desierto del covid.

En cambio, el aspecto de la zona clausurada deja mucho que desear. Las rejas están enmohecidas y el olor acre a orines se deja sentir al aproximarse a los cristales rayados y llenos de pintadas. Dentro se ven compartimentos abandonados y herramientas de albañilería, muestras de que se va a acometer un serio trabajo de rehabilitación para volver hacer atractivo el antiguo laberinto de vendedores, comerciantes y vigilantes.

Pablo Otero, dueño de Nikis Galicia Style, se estableció en la plaza antes de que los comercios del interior echasen el cierre. «Me ha ido bien pero tengo ganas de que vuelvan a abrir más negocios que atraigan público aquí. Hace cuatro años intentaron reabrir algunos pero pusieron una tienda de zapatillas que no funcionó».

A Pedra volverá en octubre

El próximo mes de octubre reabrirá el mercado de A Pedra aunque con una cara muy distinta a la que tenía antes de su cierre. El conjunto de locales municipales no volvió a levantar cabeza tras la redada realizada por la policía a instancias del juzgado debido a las denuncias de grandes marcas por la venta de ropa falsificada.

«Una vez resueltos los problemas judiciales va a iniciar una nueva andadura. Es un símbolo en la ciudad de Vigo y, por tanto, les doy la bienvenida. Es un proyecto renovado, con mucho diseño, bien hecho y se añade a esta forma de revivir la ciudad», manifestó ayer el alcalde, Abel Caballero, tras mantener una entrevista con los nuevos responsables del mercado, Alfonso Méndez como presidente y David Veiga en la gerencia.

El primer regidor vigués explicó tras la reunión que A Pedra abrirá «con un proyecto renovado, con mucho diseño y bien hecho». Añadió que será un mercado de proximidad «con una parte de atractivo turístico». Un tirón que tuvo durante muchos años, aunque no tantos como tiene el propio mercado, nacido a finales del siglo XIX cuando ocupaba la propia plaza de A Pedra.

Era entonces, y siguió siendo durante buena parte del siglo pasado, un conglomerado de puestos provisionales en los que se vendía de todo, sobre todo, productos procedentes de los barcos a un precio más reducido que en el resto de los establecimientos comerciales de la ciudad.

En 1966 llegó el final del viejo mercado tal como se había conocido. El alcalde Rafael Portanet realizó una reforma de la plaza y creó el mercado con los puestos a cubierto, al tiempo que se establecía la pasarela por encima de la calle Teófilo Llorente para compensar la pérdida del anterior mirador de A Pedra sobre la ría.

Última reforma

Pero la gran reforma del mercado llegó a finales de siglo, cuando estaba en la alcaldía Manuel Pérez. La remodelación del mercado municipal y su entorno se enmarcó dentro del conocido como Plan Urban, financiado en un 70 % con fondos europeos y el resto con aportación municipal. Ascendía el presupuesto a los 221 millones de pesetas (1,3 millones de euros). El proyecto de la obra fue firmado por el arquitecto Guillermo Miranda, y contempla la ampliación de las escaleras anteriores y una nueva distribución de los puestos, así como un tratamiento más uniforme de las fachadas.

La reforma fue inaugurada por el alcalde Lois Pérez Castrillo y supuso una vuelta a la normalidad mercantil a este espacio tan visitado por los turistas. Esa normalidad se vio truncada en octubre del año 2014 con la operación realizada por agentes de la Policía Nacional cuando paseaban por la zona numerosos cruceristas procedentes del Independence of The Seas.