La perseverancia no tiene edad

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Oscar Vázquez

El vigués Óscar Rey, que comenzó en el taekuondo a los 30, se proclamó campeón de España de poomses a los 60 años y después de rozar el triunfo en varias ocasiones

03 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Óscar Rey Villar (Vigo, 1960) es un ejemplo de perseverancia y dedicación al deporte. No tuvo contacto con el mundo del taekuondo hasta los 30 años, pero cuando comenzó, lo hizo para toda la vida; tanto, que hoy es su profesión después de ser víctima de la reconversión industrial. Tampoco le importó que su carrera deportiva fuese un continuo tiro al palo. Percutió y como premio, se proclamó campeón de España a los 60 años en la modalidad de poomses en categoría máster. Ahora, a este competidor del Gimnasio Kiap de Vigo le espera el Europeo el próximo noviembre en Lisboa. Irá a por todas.

«Xa levaba uns cantos anos conseguindo terceiros postos, subcampionatos e agora chegou o día», comenta Óscar Rey, que califica de «indescriptible» la sensación de verse con la medalla de oro al cuello. «É algo que persegues tanto que cando o consegues non te das conta. Aínda hoxe me custa crelo», comenta.

El camino no fue fácil. Primero tuvo que ganar el gallego para optar la cetro nacional. Lo hizo como integrante de la selección autonómica de taekuondo, de la que forma parte desde hace más de una década. Y llegado el campeonato, no falló. Se había preparado para ser campeón e hizo pleno. «Tiña pretensións de gañar, o meu adestramento ía nesa dirección porque pensaba que tiña opcións, pero isto é un xogo, hai que gañalo alí, e é moi complicado aínda que pareza moi sinxelo, porque están os mellores de toda España». En esta ocasión, nadie estuvo a su altura.

Para Óscar Rey es la culminación de un desafío personal que comenzó cuanto tenía 30 años. Antes había probado con la defensa personal, pero el taekuondo le enganchó para toda la vida. «Hai que vivilo. O taekuondo é adrenalina, estar en forma, os amigos... A verdade é que ten infinidade de cousas. É algo máis ca un deporte, lévase moi dentro», comenta Óscar Rey, que deja al margen los logros, a los que califica de «unha gratificación que fala de reto conseguido». De un modo paralelo, atrás quedan muchos meses de trabajo variado (pesas, físico y entrenamiento) al lado de Francisco Penín, su entrenador. Incrementando las horas a medida que se acercaba la cita.

Medio de vida tras la reconversión

La disciplina oriental comenzó como un pasatiempo para este vigués, pero terminó por convertirse en su salida laboral cuando la reconversión arrasó con todo. «Traballaba no sector do automóbil pero houbo unha reconversión, todo foi patas arriba e o que era un hobby converteuse nun traballo», comenta. Ahora imparte clases a los más pequeños, con los que estuvo en el Campeonato Gallego infantil en fechas recientes.

Con dos hijas y una nieta, que ya practica la disciplina, Óscar Rey se siente en plenitud a los 60 años. «Son mozo, a cabeza e o corpo funciona ben, non teño lesións e síntome moi novo. Estou no mellor momento». Sin dieta y sin psicólogo. Su familia y su entrenador, y compañero de trabajo, son la mejor receta.

Se ve tan bien, que no se mete presión, pero acudirá al Europeo a por el oro, sin dobleces. «Quero gañar o Europeo, é o obxectivo, pero non a obsesión. Para iso adestramos, para intentar gañar, pero ser campión de Europa é algo moi complicado porque están os mellores do continente e iso son palabras maiores».