El mes y medio que mató al Vigo

m. v. f. VIGO / LA VOZ

VIGO

M.MORALEJO

Voleibol El sistema de competición, con una pausa que se alargó por casos de covid en los rivales, acabó con el club en descenso, aunque prevén mantenerse

14 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Mediada la recién terminada temporada, el Club Vigo de voleibol miraba hacia arriba y veía posible la fase de ascenso a una Superliga 1 en la que ya militaron en su momento. Pero tras el parón de Navidad, largo de por sí y que se dilató más en su caso debido a partidos aplazados por positivos en los equipos rivales, todo se complicó. Hasta el punto de que las dos victorias con que cerraron el curso ya no eran suficientes para escapar de la penúltima plaza y del descenso. Aunque es probable que finalmente puedan continuar en Superliga 2 y se agarran a esa opción.

Su entrenador junto a Yolanda Sienes, Suso Penedo, califica la campaña como «extraña» por todo lo que la pandemia trajo consigo, desde la incertidumbre común a toda la sociedad, dice, hasta el nuevo sistema de competición y las condiciones en las que tenían que entrenar y viajar, siempre con el riesgo del contagio sobrevolando. Pero el detonante de su declive lo tiene claro: «El parón de Navidad fue lo que realmente nos mató».

Incide en que fue «mucho tiempo sin competir», cortando, además, la buena dinámica en la que se encontraban en ese momento. «Al parón se añadieron dos partidos que se tuvieron que aplazar por positivos en los rivales y al final estuvimos mes y medio sin competir», recalca. También ha pesado el hecho de «no poder hacer en toda la temporada una planificación que fuera más allá de quince días» ante lo imprevisible que era el devenir de la competición con la amenaza de suspensiones.

Con todo, considera que la segunda vuelta fue «mala a nivel de resultados, pero no tanto de juego». Y aclara que la diferencia entre quedar donde lo hicieron y tres o cuatro puestos más arriba estuvo en dos duelos donde fallaron «contra rivales directos». «Si analizamos qué partidos ganamos, la mayoría fueron ante los primeros clasificados. Casi podemos decir que nos equivocamos en los que teníamos que ganar», analiza el técnico partiendo de que venciendo a dos rivales directos se hubieran visto «en otra situación».

Anímicamente, cuenta que el equipo sobrellevó bien los momentos más complejos. «Hubo derrotas contra rivales de nuestra zona que fueron mazazos grandes, porque eran duelos directos para evitar el descenso. Pero siempre mantuvimos la esperanza», recalca. De esta manera siguieron «trabajando con buen ánimo», como demuestra que los dos compromisos finales estuvieran entre los mejores de la temporada.

En esa recta final, subraya que hicieron «un gran partido en Dumbría» para luego ganar contra Calasancias en un encuentro «que podía parecer fácil, pero ninguno lo es» y luego se despidieron a lo grande venciendo al líder, el Extremadura. «Perdieron los dos partidos contra nosotros y es un punto de satisfacción dentro de lo que fue la temporada», valora.

No es lo único positivo de este año tan duro. «Me quedo con la cohesión del grupo. Estuvimos todos unidos tirando del carro en todo momento, sobre todo cuando peor se pusieron las cosas y seguimos trabajando con el mismo ánimo», celebra. Algo que viene a constatar que son «un grupo fantástico».

La decisión final, inminente

Este sábado se celebrará la reunión de la comisión delegada que decidirá si se materializa o no el descenso. Confían en que no se produzca. «El sistema de competición es ilógico. Con los puntos con los que acabamos, hubiéramos terminado entre los cuatro o cinco primeros de los otros grupos, dada la desigualdad que hay», desgrana Penedo.

Por ese motivo, cree que los descensos tendrían que dilucidarse mediante una fase, al igual que los ascensos, para «establecer una rivalidad en igualdad de condiciones». Ahora se está analizando si se espera dos o tres años más para volver a reducir la categoría a dos grupos, que sería la solución que permitiría al Vigo seguir en Superliga 2.