Donación en homenaje a una madre

Begoña Rodríguez Sotelino
Begoña R. Sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO

cedida

La familia de María Muñoz recoge alimentos para el Comedor de la Esperanza en su honor

03 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La Casa de Caridad de Vigo, que llevan las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, atiende desde hace más de 150 años a personas económicamente desfavorecidas a las que ofrece alimento en el Comedor de la Esperanza, que gestionan las monjas en la calle San Francisco, en O Berbés. Como cada vez son más las peticiones desde que se desencadenó la emergencia social provocada por el coronavirus, esta entidad ha venido solicitando más ayuda a empresas y particulares para dar de comer a la gente que acude a ellos.

Las iniciativas de tiendas y comercios de la ciudad han sido muchas, y las de particulares también, aunque entre ellas destaca la que ha puesto en marcha una familia viguesa como homenaje a uno de sus miembros: María Muñoz, fallecida de cáncer hace ocho meses. Su marido, Roque Varela de Limia, sus cuatro hijos, Guillermo, Fátima, Iria y Gonzalo, y su hermana Belén son los que, inspirados por la idea de Nano, un amigo de esta, han puesto en marcha la maquinaria para conseguir recoger el mayor número de alimentos posible.

Guillermo, el mayor, dice que toda la vida han colaborado con ese comedor social. Antes de haber nacido ellos ya lo hacían sus padres, que, cuenta, «de niños vivían en Torrecedeira. Luego siguieron ayudando de novios, ya casados también, sobre todo mi madre, y con el tiempo nosotros llevábamos cosas de forma puntual, como juguetes en Navidad y ropa», explica el hijo recordando que el centro también incluye el Hogar San José, concertado con la Xunta, donde residen menores en situación de riesgo o desamparo.

Se han triplicado las peticiones

«Mi madre era superquerida aquí y nosotros seguimos colaborando tras su fallecimiento. De hecho, mi padre y mi tía, que trabajan cerca, vienen a menudo a ayudar en tareas del comedor. Allí nos dijeron si podíamos hacer algo más porque con esta crisis no llegaba. Las peticiones se han triplicado», cuenta.

La familia lo intentó por primera vez el sábado pasado. Hicieron una primera convocatoria que, como reconoce, no tuvo mucho éxito «porque la gente tiene miedo, unos a salir de casa y otros, sin trabajo o en vías de perderlo, lógicamente muy cautos a la hora de hacer donaciones», elucubra. Aun así, acudieron a sus reclamo 28 domicilios, cada uno aportando lo que podía, «algunos, hasta diez bolsas llenas», advierte.

Los hermanos Varela de Limia Muñoz, celebrando el éxito de la recogida de alimentos para el Comedor de la Esperanza que organizaron como homenaje p´sotumo a su madre, María
Los hermanos Varela de Limia Muñoz, celebrando el éxito de la recogida de alimentos para el Comedor de la Esperanza que organizaron como homenaje p´sotumo a su madre, María

La segunda convocatoria, que se celebró ayer, ya fue mucho mejor. Los hermanos fueron a 35 casas a por los paquetes que luego llevaron al Comedor de la Esperanza. Guillermo lo atribuye a que la gente necesitaba un pequeño empujón de confianza que vino dado porque, además, cambiaron de estrategia y se ofrecieron a ir a las casas los posibles donantes a recoger los paquetes con comida.

Guillermo explica que como estrategia de campaña simplemente redactaron un texto en el que aclaraban qué era exactamente lo que más se necesitaba, como productos no perecederos (legumbres, harina, galletas, leche, aceite, cacao...), alimentos precocinados para que las familias, aparte de darles el menú que se cocina en las instalaciones de O Berbés, pudiesen tener algo para llevarse a sus casas, productos de higiene, etcétera.

Esa información la distribuyeron entre sus grupos cercanos, círculos de amistades, conocidos, compañeros de trabajo y vecinos. La familia piensa seguir los próximos sábados pero sin crecer mucho, «porque no tenemos más capacidad», reconoce.

Casi 3.000 euros de aportaciones a través de Bizum

Aunque no estaba previsto, la familia Varela Muñoz también ha recaudado dinero para comprar comida. «Nosotros no lo habíamos planteado porque nos parecía más problemático, pero hubo gente que nos conocía, que nos preguntó si no podían hacer la donación en efectivo ya que les resultaba más fácil a través de la plataforma de pago Bizum, y nosotros hacíamos la compra de productos». El joven afirma que la respuesta fue «una locura, conseguimos 1.200 euros», Ayer sumaron más de 2.500 euros. La cantidad ya les supera. El fin de semana pasado los hermanos se fueron a un hipermercado a llenar carros, pero esta vez lo están gestionando ya con un supermercado para que lo lleve al comedor.