El Hebe triunfa compitiendo en casa

m. v. f. VIGO / LA VOZ

VIGO

CEDIDA

Taekuondo El club moañés organizó un torneo online durante la cuarentena

13 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Conscientes de que es fácil que los entrenamientos en casa se hagan «monótonos», un grupo de entrenadores de taekuondo entre los que estaban los del club moañés Hebe decidieron lanzar una iniciativa novedosa durante esta cuarentena: el torneo online que bautizaron como #Yoentrenoencasa y que resultó todo un éxito. Junto a ellos, participaron Natural Sport, de Sada; Neka, de Monforte, y Taemi, Mieres.

«Pensábamos que había que buscar una manera de motivar a los niños», introduce la entrenadora Noelia Pérez, una de las impulsoras del proyecto. Cuenta que aunque se les mande a los deportistas trabajo diario y se organicen entrenamientos por videoconferencia, «los que son competidores siempre lo echan de menos, porque es su mayor aliciente». Y de ese pensamiento surgió la idea de desarrollar un torneo online.

Nació sin muchas pretensiones, incluso con la idea de hacer «algo casero», pero que acabó creciendo más de lo esperado. «A modo de prueba, hicimos un formulario que mandamos a los miembros de los cuatro clubes para que se apuntara quien quisiera. La sorpresa fue encontrarnos con 100 inscritos», recuerda. Lo que les proponían era mandar un vídeo con el ejercicio que les tocara por categorías.

Ante la elevada participación, el presidente del club y también entrenador, Jacobo Ríos, que es informático, creó una aplicación para poder evaluar los vídeos a modo de campeonato y con los procedimientos habituales, «una nota de técnica y otra de presentación», aclara Pérez. Recibieron las llamadas de un par de árbitros ofreciéndose a colaborar y no se lo pensaron. «Era una gran idea para que nosotros no tuviéramos que juzgar a nuestros propios alumnos y al final contamos con un equipo de seis árbitros internacionales», agradece.

Los entrenadores de los clubes se encargaron de dividir a los participantes en función de la edad, el cinturón y los conocimientos de cada uno. «Se formaron once grupos con nueve o diez componentes cada uno y en función de cada cinturón se les decía qué punch tenían que mandar», desgrana. Se les daba un día entero para grabarse, luego los árbitros analizaban el trabajo de cada uno y se decidían los ganadores de esa ronda. Hubo tres rondas en total para decidir a los vencedores.

La dinámica estuvo clara desde el principio, con requisitos flexibles. Era preferible grabarse con traje de taekuondo, pero se aceptaba chándal porque sabían que hay niños a los que el confinamiento les pilló en casas de abuelos. «También avisamos al equipo arbitral de que cada uno se tenían que adecuar al espacio del que dispusiera, así que no se iban a tener en cuenta si tenían que volver hacia atrás o comerse algún paso», explica. En ese sentido, los vídeos incluían más de un momento divertido. «Hay momentos que tropiezan con un sofá o una silla, se paran, intentan seguir pero les da la risa... Queríamos que se divirtieran y lo conseguimos. De hecho, ya nos piden segunda edición».

Además de eso, crearon tendencia. «No nos podemos adjudicar haber sido los primeros, pero yo no había visto ninguno antes y ahora hay iniciativas parecidas de muchos clubes e incluso un campeonato de España». Todo para seguir disfrutando del taekuondo aunque sea entre cuatro paredes.