Iago García
Seguirle la pista a Santiago Abascal, presidente de Vox, durante sus vacaciones en Galicia no es tarea fácil. A no ser que uno se tope con él y su familia en el paseo de Silgar, en Sanxenxo, y aproveche para sacarse unos selfies. Eso fue precisamente lo que le pasó ayer a muchos veraneantes que disfrutaban de una jornada soleada en esta villa de O Salnés. Porque por lo demás, al no geolocalizar las fotos que tanto Abascal como su mujer, Lidia Bedman, publican en Instagram, a Galicia se la intuye, pero dar con la ubicación exacta es difícil. Algo que probablemente sea premeditado para que el tiempo de descanso en familia no sea interrumpido.