El astillero solo ha estado el día de las elecciones sin trabajar para acabar a tiempo
02 may 2019 . Actualizado a las 19:34 h.El astillero Factorías Vulcano está rematando la construcción del ferri que le encomendó el Banco Santander, el buque Villa de Teror. Los trabajos se reanudaron el pasado 30 de marzo. Desde entonces la grada no ha parado. Tras el acuerdo logrado con el banco, con las empresas auxiliares y con los proveedores, los trabajadores se han entregado en cuerpo y alma a la finalización del buque. Solamente ha habido un día en este período de tiempo en el que no ha entrado nadie en la factoría, el de las elecciones. Sábados y domingos han estado acudiendo diariamente más de un centenar de trabajadores de empresas auxiliares para acabar a tiempo. Electricistas, pintores y aisladores han tomado el astillero junto al personal propio. Ello ha conllevado volver a extremar las medidas de prevención de seguridad y seguir estrictamente los protocolos para que no se produzcan accidentes. «Se han hecho muchas horas extraordinarias, aunque no todo el personal a tenido que hacerlas», señalan desde el comité de empresa.
Cuando se acabe el barco se abre el vacío. «No hay ningún contrato a la vista», lamenta el presidente del comité de empresa Nicolás Sangabriel. Los empleados temen la liquidación si no aparece un contrato salvador de última hora. «Nos gustaría que la Xunta no nos abandonase», manifestaron desde el comité que sostiene que «el cierre de un astillero produciría una mala imagen para Galicia y para el Partido Popular que se encuentra ahora en un momento difícil». Los intentos para introducir en el accionariado a un astillero de Turquía no han fructificado.
El barco estará listo para salir a pruebas oficiales los días 10, 11 y 12, es decir, el fin de semana que viene. En estas singladura se probará el correcto funcionamiento de todos los sistemas y del motor. Los expertos de la empresas Wartsila están ultimando la puesta a punto para que las máquinas funciones correctamente. Pero será en esa travesía en la que se comprobará el correcto funcionamiento. En el anterior viaje de comprobación, en el pasado mes de octubre, se detectaron fallos en un motor que obligaron a revisarlo y que ya se subsanaron. La prueba oficial consiste, normalmente, en un recorrido que sale de la ría de Vigo y alcanza hasta más allá de Fisterra y luego baja hasta Oporto. Es un trayecto en el que el barco es sometido a diferencias condiciones de navegación y en el que los motores se someten a toda velocidad y a diferentes rendimientos. A lo largo de la singladura las máquinas de propulsión serán sometidas al máximo esfuerzo para ver si pueden mantener una velocidad punta de 25 nudos, aunque la velocidad de crucero será de 15 nudos. El barco tiene capacidad para 1.200 pasajeros y 700 coches y está valorado en casi 180 millones de euros, aunque el contrato con Vulcano ha sido mucho menor porque el casco del barco ya estaba hecho cuando llegó a Vigo en junio del año 2013 procedentes de astilleros de Sevilla.
Si las pruebas salen bien, el Santander podrá culminar la entrega a la naviera Armas, que adquirió Trasmediterránea, que es la que abanderará el buque. La empresa tiene previsto comenzar a explotar el buque el próximo 20 de junio. Hará la travesía entre Tánger y Algeciras y permitirá agilizar el paso del Estrecho cuando miles de magrebíes cruzan hacia uno y otro lado para pasar sus vacaciones estivales
La finalización del buque en plazo es un hito que debe cumplir el astillero para que los trabajadores puedan cobrar 4 nóminas atrasadas y para que las empresas auxiliares reciban 6 millones de euros que les adeudan, según señalan desde la plataforma que aglutina a las firmas, de las cuales hay medio centenar que están integradas en este colectivo.
180
Millones
Es el valor total que tiene el barco, con sus acabados.
1.200
Pasajeros
Es la capacidad del barco que cruzará el Estrecho.
6
Millones
Es la cantidad que tiene pendiente de cobro las auxiliares.