A Pedra

Diego Pérez Fernández
Diego Pérez CONTRAPUNTO

VIGO

M. MORALEJO

15 feb 2014 . Actualizado a las 14:44 h.

El Concello de Vigo financió un templo del contrabando con subvenciones de la Unión Europea. Pantalones Levi's a 35 euros, polos Lacoste a 25 y camisas Tommy Hilfiger a 30 son prendas falsificadas que se pueden adquirir a la luz del día y con total impunidad en el mercado de A Pedra. En Bruselas no lo saben. Hubo un tiempo en que repartían dinero alegremente. Pagaban todo tipo de proyectos con tal de que lo solicitasen los estados miembros y se presentasen las facturas. El Plan Urban fue un programa que sirvió para regenerar espacios degradados. Aquí, supuso el pistoletazo de salida para la lenta recuperación del barrio histórico. Entre los equipamientos que se fueron recuperando figuraba este antiguo foco comercial. Treinta y cinco puestos quedaron del trinque a mediados de los años 90. Lo más gracioso es que la operación le salió completamente gratis a quienes vendían y siguieron vendiendo mercancía ilegal.

A Pedra es una vergüenza. Quienes se empeñan en defenderlo como una tradición, un atractivo turístico o parte del paisanaje le hacen un flaco favor a nuestra ciudad. Quizás tuvo sentido hace muchos años, pero no hoy en día. No puede ser que una de las imágenes más reconocidas por los visitantes sea la de unas tiendas famosas por trabajar al margen de las reglas que rezan para el resto de los comerciantes. Algo que es posible gracias a la tolerancia y la connivencia de las autoridades. Contrabando consentido.

Así se explica que solo muy de vez en cuando haya redadas que podrían hacerse cualquier día del año. O que todo siga igual tras la detención de guardias civiles y policías por lucrarse en este territorio de impunidad. Mientras tanto, seguimos criminalizando a los inmigrantes sin papeles del top manta.

diego.perez@lavoz.es