17 jul 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Lo peor de las fiestas de Vigo para este verano no es (solo) el cartel, huérfano de grandes atractivos. Lo peor, porque todo es opinable y según los gustos de cada uno podrá parecer una maravilla o impresentable para una ciudad que presume de ser una gran urbe, lo peor, decía, es que el presupuesto es todavía más alto que el del año pasado. Y si el año pasado el reclamo del programa de las fiestas viguesas tampoco era para echar cohetes (Serrat & Sabina, Macaco, Carlos Jean y Os Resentidos & Siniestro Total), al menos la factura salía por 85.000 euros menos, que para como está el patio, no está nada mal.

En esta ocasión el asunto «primeras figuras» se despacha con Melendi, Fangoria con Love of Lesbian en la misma noche, y Pablo Alborán. Eso es todo amigos, el resto, relleno pal? pavo, con perdón del pavo y de los amantes de las bandas de música, las corales y los orfeones y el folclore planetario, desde los bailes de regiones venezolanas a las danzas rusas que tanto juego dieron a Battiato en la Perspectiva Nevski. Pero esas eran otras danzas rusas, no las de las que se enamoró el empresario de Nijinsky.

Y que no está mal todo eso, pero todo eso no puede ser todo lo que el Concello de Vigo puede ofrecer a sus administrados por el «módico» precio de bastante más que medio millón de euros. Porque aunque estamos en crisis, la imaginación, la creatividad, las ideas y la diligencia no tienen precio, y sobre todo, las actividades que requieren de ellas, no pueden quedar en manos de quien no posee ninguna de estas características. Se entiende que se pueda dar menos por menos, pero es muy raro dar menos si se ha invertido más. Lo que queda claro es que el dinero de todos los vigueses para sus fiestas se ha gastado mucho peor. Pero da igual porque para qué queremos más, si tenemos la Procesión del Cristo. Todo es cuestión de fe.

Es muy raro dar menos

si se ha invertido más

begona.sotelino@lavoz.es