Parafraseando a Castelao, se podría decir que «los brasileños no protestan, retornan». Así lo viene constatando Rosa Gallan Torrente (natural de Maringá en Paraná). Trabaja de ayudante de cocina en el restaurante D?mais Brasil (Coruña, 24). «El 80% de los brasileños que conozco, y son muchos, están retornando a su país, porque la situación ha cambiado mucho, debido al crecimiento económico que experimentó con el ex presidente Lula da Silva», manifiesta.
Dice que muchos de los brasileños que trabajaban en Vigo en la construcción regresaron, porque en su país se les está pagando muy bien a los albañiles. «Cobran, al cambio, entre 1.500 y 1.700 euros mensuales. Tengo un sobrino, que se ha ido. Se puso a trabajar en la construcción por su cuenta e incluso gana mucho más de lo que ganaba aquí», argumenta.
Los oficios más comunes de los brasileños que inmigraron a Vigo tienen que ver con la albañilería, pintores, ayudantes de panaderos y de cocina, además del servicio de limpieza junto con el doméstico, sobre todo en el caso de las mujeres.
«Yo ya me quedaré , porque tengo aquí a mi marido y a los hijos, además los dos tenemos trabajo y estoy muy contenta», afirma.
No le sucede lo mismo a un amigo suyo, porque está tratando de vender un piso que compró mediante una hipoteca para marcharse de inmediato.
«En este momento, los que tenían la ilusión de emigrar a España, ya no lo hacen», señala.