«Mis hijos son lo mejor que he hecho»

VIGO

El actor cómico, que celebró el año pasado veinte años desde su llegada a Vigo, disfruta viendo crecer a su familia y haciéndole la vida más llevadera a la gente

15 feb 2010 . Actualizado a las 12:20 h.

«Mis tesoros son mis hijos, el resto son boludeces que he juntado o que junto si coincide y si no me da igual y si un día las pierdo me cago de risa», cuenta el actor argentino Adolfo Maguna Strasser, que es conocido sobre todo por su papel como el payaso Popín, aunque ha hecho y hace muchas cosas más dentro del ámbito de la escena cómica y siempre con el humor como motor de una vida dedicada con pasión a tratar de hacer sonreír a los demás.

Adolfo, Popín , llegó a Vigo en 1989. Exactamente el 3 de julio. Lo recuerda perfectamente porque no es como para olvidarse de la fecha en la que decides que tu vida empieza en otro lugar a miles de kilómetros de tu tierra, en este caso, Rosario, (Argentina). Pero no se arrepintió del cambio: «Montaña y mar, como tenemos aquí, no hay ningún en ningún otro lugar», afirma.

Adolfo, Popín , que también se transforma en Gossip, el Bufón, en fiestas para adultos, se siente más cercano a la definición de bufón que a la de payaso desde que hizo un curso con Leo Bassi. Ha hecho teatro como autor, actor y director, además de radio, cine o programas de televisión. Y en los últimos tiempos ha añadido a su currículum los talleres de risoterapia en los que consigue arrancar carcajadas a directivos y empleados de empresas por toda España.

Filias

El actor es un tipo con poco apego a las cosas, pero como casi todo el mundo en algún momento de su vida, inició una colección, o varias. En su caso, aún guarda un abultado álbum que contiene cientos de monedas, y otro con otro tanto de tarjetas de teléfono. «Eran bárbaras, las tengo de un montón de países, pero un día lo dejé, me cansé», relata. Pero hay filias que no ha abandonado. Por deformación profesional acumula una gran bibliografía sobre el sentido del humor, la alegría y el optimismo; aunque su verdadera pasión es el cine, y sobre todo, las películas argentinas. «Esa sí es una colección», reconoce. «Trato de conseguir originales y tengo colecciones especiales de producciones argentinas y de otros filmes que marcaron mi vida, como La fiesta inolvidable , con Peter Sellers, que aquí se llamó El guateque . Y como cinéfilo, ama la calidad del original: «Solo tiro de Internet si se trata de algo imposible de conseguir. Odio las películas pirateadas, no soporto su mala calidad», admite.

Y odia también que no le devuelvan los vídeos o libros que ha prestado: «¡A mí cuando me prestan estoy desesperado por devolverlo! Te dicen: lo tengo ahí para dártelo y pasan dos años y nada. ¡Pues dámelo ya! No le dan el valor que tú le das. Prefiero regalarlos o hacer copias. No me gusta tener que utilizar la cabeza para pensar qué me tienen que devolver. ¡Por cierto, Lorena me tiene que devolver El guateque !», recuerda entre risas.

Dos «camadas»

Pero insiste en que su tesoro son sus hijos: «Tengo cinco, de momento», advierte. La mayor tiene 24 y la pequeña, un año y cuatro meses. «Son dos camadas», dice con humor refiriéndose a que son fruto de dos matrimonios distintos. «Mis hijos son lo único que me llevo y lo mejor que tengo. Lo que mejor he hecho hasta ahora», declara. Los dos mayores son argentinos y los tres menores, vigueses. «Ya ganan los vigueses. Todos son auténticas joyas y todos tiene muy buen corazón», asegura, y razona: «Debe ser culpa de sus madres».