La escapada mondarizana de Beatriz Montañez y Álex González

Soledad Antón soledad.anton@lavoz.es

VIGO

21 ene 2009 . Actualizado a las 11:55 h.

Es decir, de sus respectivos compañeros de programación. Pero, sobre todo, de posibles objetivos a la caza de famosos. Hablo de Beatriz Montañez y Álex González que, el pasado fin de semana, se dieron un baño de privacidad (de los otros también) en el Balneario de Mondariz.

No hubo forma de fotografiar juntos al actor, protagonista de la serie televisiva Lex, y a la presentadora de El Intermedio que, por separado, no tuvieron inconveniente en posar. Bien pertrechados contra el frío y, sobre todo, contra miradas que no buscaban, pasearon su amor (quizá su amistad especial) por los alrededores del hotel. Parece que no pudieron alejarse de la zona porque el catarro que arrastraba Alex no lo permitía.

Lo que no se perdieron fue la ruta del palacio del agua. Pensaron (con buen criterio) que un buen chapuzón, unos buenos chorros y, como remate, un buen masaje, les dejaría como nuevos. Sobre todo a él.

La viajera Beatriz Montañez (ha vivido en Los Ángeles, Tokio y Milán) aseguraba hace bien poco en una entrevista que sus parejas nunca han sido hombres guapos. A la vista está que lo dijo para despistar. O eso, o cuando hizo tal afirmación todavía no consideraba a Alex pareja.

Y hablando de parejas que buscan privacidad en el Balneario de Mondariz, una de las asiduas es la que forman la actriz viguesa María Castro y su novio Quique Meijide. Es un escenario en el que se sienten a salvo de posibles cazadores de famosos, así es que lo visitan con frecuencia. María se escapa a Vigo a la menor oportunidad que se le presenta, y no solo porque naciera aquí, sino porque es aquí donde vive Quique, profesor de Educación Física en un colegio de la zona de Canido.

Ambos aparecen esta semana en algunas revistas del corazón. Cuentan que se conocieron cuando estudiaban INEF en A Coruña y que salen juntos desde hace seis años. Avisados quedan los fans de la guapa y pelirroja Castro: ¡está pilladísima!

En Anfaco están empeñados (como es su obligación) en demostrar que las conservas de pescados y mariscos son algo más que un recurso de urgencia en la despensa. Afirman que pueden ser la base de platos de alta cocina. Para demostrarlo llevan unos años (creo que este es el tercero) plantándose con sus latas en Madrid Fusión, el escaparate gastronómico español con más figuras de los fogones por metro cuadrado, e invitando a cocineros bien conocidos a preparar platos con conservas.

Este año han ido un paso más allá y, con el apoyo del FROM, han convocado un concurso de recetas. Pese a ser la primera vez se presentaron 250, entre las que hubo que elegir media docena de finalistas, que fueron las que ayer examinó un jurado experto en Madrid Fusión.

Al final, la mejor resultó ser la elaborada por Alberto Gómez, del Aris Bar madrileño, que preparó atún claro en aceite de oliva con pil-pil de tomate. El segundo clasificado fue Alejandro Cebrián, de la Taberna del Gourmet (Alicante), que presentó una ensalada de tomatitos, alcachofitas y sardinillas en conserva. El metafórico bronce se lo adjudicó Ángel Berges, del restaurante Sula (Madrid), por su ravioli de conservas de mejillón en escabeche.

Desde el otro lado del teléfono Juan Manuel Vieites, gerente de Anfaco, asegura que, por supuesto, las conservas utilizadas eran gallegas. Vieites presidió la entrega de premios en el transcurso de un acto que contó con la presencia de Rubén Lois, Xesús Pereira y Xosé Paz.

Tienen motivos. Sobre todo los feligreses de Barciademera. El próximo viernes se presentarán en sociedad, después de los trabajos de restauración a los que han sido sometidos, los retablos de la iglesia parroquial. Esperan la visita de Ánxela Bugallo (que ya está de gira de despedida). Además de discursos, habrá música. El coro de cámara Campus Stellae y la Orquesta de Cámara Galega interpretarán El Mesías, de Haendel. Aleluya.