«Cuando un autor muestra su obra debe estar allí para defenderla»

VIGO

El autor cangués, conocido como el pintor de los edificios vivientes, exhibe una exposición dedicada al arquitecto Antonio Palacios

09 ene 2008 . Actualizado a las 12:31 h.

A Raúl Velloso (Cangas do Morrazo, 1965) se le conoce como «El pintor de los edificios vivientes». No hay más que contemplar un cuadro suyo para comprender por qué. En sus obras, cargadas de colorido, no hay ni una sola línea recta y cuando dibuja paisajes urbanos, parecen ciudades que se mueven a merced del viento. Velloso, que divide sus trabajos por temáticas agrupadas en distintas series de lo más variopintas (desde geishas a gallegas, estampas de tauromaquia, músicos, edificios o personajes), expone actualmente en el Centro Social Caixanova, una muestra dedicada a Antonio Palacios que está abierta hasta el 20 de enero (lunes a viernes de 18 a 21.30 y fines de semana, además, de 11 a 14 horas).

-¿Se puede interpretar esta exposición como un homenaje?

-Por supuesto. Es un homenaje al mejor arquitecto gallego de todos los tiempos. Para esta serie he realizado mi propia visión sobre algunas de sus obras más significativas, tanto en Galicia como como fuera: el Concello de Porriño, el Templo Votivo del Mar en Panxón, el convento de las Salesas Reales en Teis y por supuesto, algunas de las obras que hizo en Madrid. También hay retratos suyos y de gente de la época.

-¿Cree que su figura no se ha valorado bien?

-Me parece que es más reconocido fuera que aquí. A Palacios se le estudia en varias universidades extranjeras, pero en España, no.

-Usted reconoce en su obra una gran influencia de Gaudí...

-Sí. En general, tengo una fuerte influencia catalana, fruto de los años que pasé viviendo en Barcelona. Allí me empapé de Gaudí, de sus formas sinuosas, de la fuerza del color y el movimiento, y también me sentí muy arropado por Tapies. Le conocí cuando estaba empezando y me animó a seguir. Vio obras mías, me presentó a gente... y así empecé.

-Ahora vive en Cangas...

-Sí. Volví hace cinco años y desde aquí me desplazo a los lugares donde desarrollo mi trabajo con galerías de varios países e instituciones. Hay muchas entidades (bancos, iglesias, ayuntamientos, centros de turismo), que me hacen encargos para plasmar sus edificios en el lienzo, y también particulares que quieren tener un cuadro de su propia casa.

- ¿Qué proyectos tiene ahora en este sentido? -Pues estoy perfilando una serie sobre la Torre de Hércules para el Concello de A Coruña, en el que planteo la evolución de este faro en la historia. En mi planteamiento hay hasta un concurso de ideas en la época romana al que se presentan afamados arquitectos de la época, como Gaudix o Calatravus.

- Tiene usted una costumbre que pocos artistas siguen: estar permanentemente en la sala en la que expone y atender al público... -Sí. Creo que lo mínimo que un artista vivo debe hacer cuando muestra su obra es estar allí, defenderla y explicarla si el espectador lo pide. Por ejemplo, no suelo poner títulos a los cuadros. Me gusta ese juego de adivinanzas e interactuar con el público.