Tres siglos sobre dos ruedas

La Voz

VIGO

La Mirilla

03 ago 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

La nómina de forofos no para de crecer. A los datos de ventas me remito. Grandes, pequeñas, muy potentes, menos potentes, de competición, de paseo, de montaña... En fin, hay donde elegir. Incluso en el mercado de antigüedades, donde pueden encontrarse máquinas dignas de museo. Como las que podrán contemplarse este fin de semana en el pabellón de deportes de Tomiño. Por encargo de la Asociación Cultural Turonia, José Fernández, uno de los coleccionistas gallegos más reconocido, ha llamado a un montón de puertas (más de cuarenta) tanto de Galicia como del norte de Portugal, para preparar la exposición. Al final ha reunido un centenar de piezas a las que no se atreve a poner valor. Y es que al esfuerzo que implica viajar por media Europa y parte de América tratando de localizar pequeñas joyas de dos ruedas, hay que sumar el trabajo que supone la reparación y puesta a punto. Y el no menos importante valor sentimental. En cualqueir caso, una cifra con muchos ceros. Velocípedo de 1867 Será el vehículo más antiguo de todos los que se expongan. Los más modernos sendas BMW, Suzuki y Harley Davidson recién salidas del concesionario. Bueno, tan recién salidas que ni siquiera están matriculadas. Así será fácil cumplir el objetivo que se han fijado los organizadores de la muestra: contar sin necesidad de palabras cómo ha evolucionado el mundo de la moto desde su nacimiento hasta nuestros días. El título que han elegido para esta retrospectiva, Tres siglos sobre dos ruedas , da una idea del período que abarca. A juicio de José Fernández, alguna de las piezas más llamativas son un triciclo de Dion Bouton de 1899, o una ACE americana de 1922 (la firma cerró seis años más tarde) de cuatro cilindros y 1.200 centímetros cúbicos. O una FN salida de la fábrica de armas belga del mismo nombre en 1913. También habrá un especio reservado para la Derbi de competición que montaba Joan Parés, uno de los pilotos de la casa. Que sepan los profanos (como yo) que además de alcanzar con ella el subcampeonato de España de 1972, en una como ésta competía Ángel Nieto, ya saben, aquel que fue campeón doce veces más una, y que sólo hay tres iguales en el mundo. En resumidas cuentas, se impone una visita a Tomiño, que este fin de semana suma el atracativo moteril a los paisajístico-gastronomicos de todos conocidos. Apurando las vacaciones Supongo. El fútbol es lo que tiene. Sobre todo si, por fin, se quiere aspirar a algún título. Pues eso, que Michel Salgado aprovecha cualquier disculpa para caerse por su Vigo natal. Sin ir más lejos el pasado lunes disfrutaba de los sabores de la tarde-noche en una cervecería de Rosalía de Castro. Le acompañaban Malula, su mujer, y unos amigos. Y, claro, la práctica totalidad de la clientela, que no le quitaba ojo. Aunque sólo unos pocos se decidieron a pedirle autógrafos. Por cierto, que sepa su jefe que es muy apañado y que reparte muy bien el tiempo libre. Y siempre que se presenta la oportunidad, está dispuesto a practicar con el balón. Como hace unos días en Samil donde, en un pis-pás, organizó una pachanga con un grupo de amigos. Claro, en cuanto los bañistas le cacharon, y como quién no quiere la cosa, se fue haciendo un corrillo. De hombres, dicho sea de paso. Porque las mujeres estaban (estábamos) más atentas a una partida de palas que se jugaba a pocos metros de la panchanga futbolera en cuestión. Y no porque Nadal haya despertado en nosotras el grusto por la raqueta, que también, sino porque nos preguntábamos de dónde diantres habría salido aquel raquetero canoso. Ya se sabe, sobre gustos (incluídos los deportivos) no hay nada escrito. Pues eso.