La primera travesía en seco

VIGO

El «Taammasare» llega hoy a Vigo para convertirse en buque escuela para jóvenes drogodependientes Dio cobijo a narcotraficantes y albergó toneladas de droga en su interior. Ahora dará cobijo a medio centenar de drogodependientes y albergará las ilusiones de un montón de familias, destrozadas por el duro, intenso y seco golpe de la cocaína. El «Taammasare», un barco ruso de ochenta y dos metros de eslora y catorce de manga, fue apresado el pasado año en alta mar. Iba cargado de fardos de droga. Hoy llega a Vigo procedente de Las Palmas. El magistrado de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón ha dicho «sí» a la iniciativa de Leopoldo Cabanales, un funcionario del Cuerpo Nacional de Policía de Vigo, que convertirá este buque en una escuela flotante para jóvenes drogodependientes.

27 may 2000 . Actualizado a las 07:00 h.

A los catorce años embarcó por primera vez en una travesía de largo recorrido. A bordo de remolcadores y plataformas, Leopoldo Cabanelas recorrió los mares de medio mundo. Sin embargo, el destino hizo que este vecino de Bueu acabara trabajando en el Cuerpo Nacional de Policía de Vigo, y allí lleva veintisiete años. Leopoldo se ha convertido en las últimas semanas en un héroe. Ha pasado de ser una persona anónima, a ser protagonista de tertulias radiofónicas y entrevistas en los principales rotativos del país. Pero sobre todo, se ha convertido en la esperanza de muchas familias azotadas por la crudeza de la droga. Leopoldo conoce a muchas de estas familias, conoce cómo sufren, cómo sobreviven a esta peste «Costa de Galicia» «Hacía tiempo que venía pensando en hacer algo así». Leopoldo siempre quiso crear un centro para drogodependientes: «Pensé en hacerlo en Bueu, en una batería militar que está abandonada... pero luego se me ocurrió lo del barco». Se llamará Costa de Galicia, como la Fundación que ha creado para este fin. Y el plan es el siguiente: Los chavales, de edades comprendidas entre los 16 y los 30, entrarán a las nueve de la mañana y saldrán a las seis de la tarde. En el interior del buque, que permanecerá amarrado en el puerto de Vigo, se desarrollarán cursos de Carpintería Naval, Mecánico de Parque de Pesca, y Soldador, que serán homologados por la Xunta de Galicia. «Tenemos ya a una persona, una educadora social, que está haciendo las gestiones para conseguir esta homologación, y para conseguir monitores que impartan los cursos». Además, el joven recibirá también durante un año formación marinera, de manera que podrá conseguir la Libreta de Cartilla Naval y Competencia Marinera, que le permitirá embarcarse en un futuro. Para ello contarán con la colaboración de marineros jubilados de la zona. Los muchachos también serán los responsables de lavarle la cara al buque. «Se encargarán de limpiarlo y rehabilitarlo... todo con permiso de Garzón. No podemos hacer nada sin su consentimiento». El barco tiene capacidad para ochenta personas, «pero sólo atenderemos cuarenta. Si hay más interesados, haremos una selección». Pero llegar hasta aquí no ha sido fácil. Conversaciones con el juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, con Javier Zaragoza, el fiscal general antidroga, el señor Úrculo... Un sinfín de llamadas y entrevistas que, por fin, han visto la luz «gracias a todos ellos, y la Autoridad Portuaria de Vigo, a un grupo de jueces, abogados y procuradores de la ciudad, a la Audiencia Provincial, a Aetinape, Obras del Puerto...»