Este es el Liceo de la gente y brinda con su afición por la Copa del Rey de hockey sobre patines

TORRE DE MARATHÓN

EDUARDO PEREZ

Plantilla, cuerpo técnico y directiva comparten con los lectores de La Voz la Copa del Rey ganada el domingo ante el Barcelona: «La afición estaba ahí, se sentía»

14 jun 2021 . Actualizado a las 22:05 h.

Todo es verdiblanco. Cada pocos metros, alguien les detiene. «¡Enhorabuena!». La afición al hockey sobre patines permanecía latente, queda claro. Los liceístas, flamantes campeones de la Copa del Rey, están cansados, afónicos, pero agradecen cada cariño. Al trofeo se le despega el grabado con el nombre del ganador, pero da igual: la vencedora real es A Coruña. Es el club más laureado de Galicia, pero es el Liceo de la gente. Por eso quiso brindar el trofeo a todos los lectores de La Voz.

El directivo y leyenda viva del club, José Luis Huelves, hace hincapié en el simbolismo del hito dominical: «Esta Copa es mucho más importante de lo que pensamos. Porque las no alegrías que tuvimos con los otros deportes de A Coruña y volver a ser el número uno de una ciudad como esta es muy importante. La ilusión nos servirá para alcanzar el objetivo de que el público vuelva y que empiece a haber alegrías, en este caso deportivas, tras todo lo que estamos padeciendo por el covid».

«Hubiera sido muy diferente si la pandemia se hubiese superado. La gente estaría abarrotando la plaza de María Pita para recibirnos. Es una de las ilusiones que tenemos desde que esta directiva llegó al club. Para que los jugadores comprueben la verdadera relación de la ciudad con el Liceo, aunque ya la saben», explica Huelves.

Vaya si son conscientes. De hacerlo patente se encarga el capitán, Dava Torres, que explica de qué manera se mantiene la relación con el liceísmo a pesar de las restricciones anticovid: «¿Cómo que no ha estado la afición? Sí ha estado. Se notó mucho, y más porque veníamos de un vacío. Aunque en números absolutos no fuesen muchos en la grada. Claro que si lo comparamos con el pabellón lleno, pues… pero se notó mucho el público y la celebración con ellos fue muy bonita».

El grupo concluye que el esfuerzo máximo al que se ve sometido el Liceo en cada competición, dada la estructura del hockey sobre patines en España, merece la pena. «Cuando juegas un campeonato así hay motivación, pero si es en casa, más. El Liceo hace cosas que son espectaculares, que desde otras perspectivas parecen normales. Pero nosotros sabemos el esfuerzo que cuesta luchar contra todos los problemas que afrontamos. Es una historia bonita para contar. Han venido todos los catalanes a jugar a nuestra casa y les hemos ganado. Esto lo tiene todo para motivarte y, probablemente es el último partido de un grupo que se merecía un título. Y es muy bueno para el club que la nueva directiva tenga títulos en sus vitrinas», asegura Torres. Martín Rodríguez Garaboa apuntilla: «Es lo que dice David. Toda la presión se nota dentro y fuera. Y lo que quieres para tus compañeros es que se gane un título y se sienta ese alivio de felicidad, que no de responsabilidad».

El segundo entrenador, Antón Boedo Saiz, lo resume con épica: «Formamos parte de esta historia con la ilusión de ganar un título porque, al final, el Liceo es grande por ganar títulos. Somos el club más laureado de Galicia. Y por muchas victorias o hitos estadísticos que consigas, si al final no llevas algo a las vitrinas, no pasas a la historia como lo hace el Liceo».

 «Sueñas con esto desde niño hasta el día que sucede»

Así es el deporte profesional en el uno de los clubes más exigentes del mundo. En ocasiones, da la impresión de que es la propia ciudad y el propio club el que se impone la presión de ganarlo todo. Huelves apunta: «El Liceo siempre ha sabido resurgir. Siempre se piensa que no va a volver a ganar nada. Y gana, y se vuelve a hacer un equipo desde cero. Es una maravilla. Los campeonatos no se hacen para jugarlos, sino para ganarlos. El Liceo vive en esa filosofía».

César Carballeira, ejemplo de progresión desde la cantera, también con la selección española, confiesa: «Claro que desde que eres niño y juegas en el Liceo sueñas con ganar títulos. Lo sueñas hasta el día que sucede. Incluso de mayor. Y luchas por ello, porque es lo que quieres de verdad: dedicarte al hockey sobre patines».

El entrenador, Juan Copa, pone en valor el título y el trabajo en equipo. «Claro que ha sido difícil. Sobre todo porque hacía diecisiete años que no se ganaba y la gente pensaba que por jugarse en casa ya tenía que ganarse. Y al final hay que hacer tres partidos buenos, y jugarla en casa aporta un poco más de presión. Pero yo veía cómo estaba el equipo mentalmente y a mí ya me valía», argumenta.

Carles Grau corrobora: «La misión que teníamos era la de ganar siempre. Para los chavales es un ejemplo. Teníamos ilusión y demostramos que, además, somos capaces. Y contra el Barcelona y en nuestra casa, eso no tiene precio, después de tantos años que no se lograba la Copa. Hay que seguir siendo ambiciosos. Este año lo hemos sido y el próximo lo volveremos a ser. Pero ahora, a disfrutar de esta victoria, que cuesta mucho conseguirla».